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[Reseña] El Pingüino: Simpatía por el diablo

Ya vimos los ocho episodios de la miniserie protagonizada por el Oz de Colin Farrell.

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El mundo criminal de Gotham es de los universos más ricos que existe en el universo de las historietas, pues su mayor elemento a favor es que no necesita depender de su héroe titular para contar sus propias historias. Aquello ha quedado demostrado en múltiples títulos, desde el Joker de Brian Azzarello y Lee Bermejo a la Catwoman de Darwyn Cooke, Ed Brubaker y Brad Rader. Son personajes cuyos relatos pueden correr por cuenta propia y ni siquiera mencionar al protagonista del título en el cual se vieron por primera vez.

Es ahí donde fallan experimentos como el universo de villanos de Sony, con Venom, Morbius y Madame Web, donde sus personajes están tan vinculados a otro personaje que no logran funcionar por sí solos.

Pero en una ciudad donde cada personaje posee su propia agenda, el elemento criminal de Gotham es un fascinante catálogo que puede ser explorado desde múltiples miradas, sin alejarse de lo que hizo único a cada uno.

The Penguin (El Pingüino) logra salir airoso en esta exploración del ascenso de Oswald "Oz" Cobb -no más Cobblepot- hacia la cima del poder, buscando ser reconocido y recordado como uno de los grandes señores del crimen de Gotham.

Es un viaje violento y brutal, pero también emocional y donde hay momentos en los que realmente empatizamos con este villano, pero la serie no tarda en recordarnos lo que es clave: él es el mal y nunca debemos estar de su lado. Podremos bailar con el diablo, pero jamás sentarnos en su mesa.

Logrando un equilibrio entre los aspectos claves del cómic y la visión de la mitología del Hombre Murciélago presentada por Matt Reeves en The Batman de 2022, la serie encabezada por la showrunner Lauren LeFranc (Impulse, Chuck, Agents of S.H.I.E.L.D.) comienza pocos días después de los eventos de aquella película. Carmine Falcone está muerto y su imperio criminal quedó sin un liderazgo claro, mientras la ciudad se divide entre los ricos que no sufrieron el impacto de las inundaciones provocadas por El Acertijo y los menos privilegiados que ni siquiera han podido levantarse del desastre. Los primeros viven tranquilos, sin pensar en los olvidados.

El Oz de Colin Farrell, impecable bajo el maquillaje y el traje, sabe que es una oportunidad única y empieza a jugar sus cartas buscando subir escalones en el mundo criminal, pero sus propios errores, desde su propio narcisismo a su exceso de confianza, y la aparición de rostros que creía ausentes, como la tremenda Cristin Milioti como Sofia Falcone, harán que todo se complique de una manera inimaginable.

El siguiente capítulo de The Batman entiende la tarea. Desde un inicio, apuesta por una estética similar a la película, buscando que el salto se sienta natural desde una historia a la otra, para luego ir desarrollando su propia identidad narrativa y visual de la mano de un equipo de directores, Craig Zobel (Mare of Easttown), Jennifer Getzinger (Mad Men) y Helen Shaver (Station Eleven), que logra hacer sentir este viaje de Oz como único dentro de la gran saga criminal de Gotham.

La mirada de la serie es terrenal, desde las entrañas de aquella ciudad que se consume a sí misma. La catástrofe provocada por El Acertijo solo permitió revelar aún más la gran separación entre ricos y pobre, donde los primeros prefieren hacer oídos sordos a las problemáticas de los menos afortunados. Quien entienda aquello, quien sepa aprovecharse de aquel escenario, dominará la ciudad.

Oz lo sabe, porque él viene de allí. Los barrios precarios fueron su vida, su crianza, y siempre quiso más. Desde pequeño y a costa de los demás. Su sueño pareciera ser filántropo, pero no hay nada peor que un diablo vestido de traje. Teniendo a su madre Francis Cobb (Deidre O'Connell, excepcional) como fuerza motora, quien sufre demencia y vive soñando con una vida mejor, uno podría dejarse inducir por apoyar a Oz, pero nada realmente es lo que parece. El mal es el mal, no importa cómo se presente.

Es un constante y macabro juego con el espectador al hacernos sentir simpatía por este villano, para luego verlo cometer las atrocidades más imperdonables, abrazando una perversa lógica por alcanzar la cima del mundo.

The Penguin también es la historia de Sofia Falcone, la hija de Carmine que sale del Asilo Arkham luego de 10 años tras ser acusada de espantosos crímenes asociados a "El Ahorcado". Ella, al igual que Oz, es mirada en menos y nadie sabe realmente lo que hay detrás de la careta, la cual termina cayendo por la acción de los terceros que buscaron dejarla a un lado. El cuarto capítulo centrado en Sofia es la demostración de la enorme fuerza de la naturaleza que es Milioti, logrando un personaje que no será olvidado fácilmente.

En este conflicto entra por accidente un joven Victor Aguilar (Rhenzy Feliz). Con su tartamudeo y grandes sueños, es el contraste con Oz. Viniendo de una familia cariñosa y esforzada, soñaba en grande. Entendía los problemas de su precario barrio, pero tampoco tenía pensado quedarse siempre ahí. Cruzarse con Oz será el inicio de un viaje en el que veremos a un alma buena siendo moldeada y pervertida por las despiadadas ansias de poder de un hombre.

Que quede claro: acá no hay buenos. No hay un Cruzado Encapotado que llegue a salvar al día. Es el monstruoso mal expandiéndose de forma viral e implacable en una ciudad dividida, donde solo los más perversos podrán salir airosos.

El viaje de Oswald Cobb no es admirable, nunca lo será, pero es todo un recorrido en el que el mismísimo diablo juega de forma macabra con el espectador para empatizar con él. El origen de un monstruo que merecía ser contado en esta ciudad rota.

La serie El Pingüino se estrenó este jueves 19 de septiembre en Max, con episodios de estreno cada domingo en el streaming desde el 29 de septiembre.

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