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Cuento de Navidad de Themo Lobos: Cuando el Viejito Pascuero usó chalas

El querido historietista golpeó todas las teclas emocionales con este relato imperecedero.

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Themo Lobos siempre estará asociado a Mampato, pese a que él no creó al personaje -esa tarea fue de Eduardo Armstrong y Óscar Vega-, pero sí es considerado el tercer padre al encargarse de sus historias, presentar a Ogú y Rena y llevar al colorín viajero del tiempo a su mejor potencial.

Por supuesto, no fue su único trabajo en la historieta chilena, con el maestro del arte secuencial entregando a Máximo Chambónez y sus incontables desastres, el inolvidable Alaraco y tantos más, pero hay una obra que sobresale por haber conmovido a todos quienes han tenido la oportunidad de leerla y que, incluso hoy, sigue emocionando.

"Cuento de Navidad" fue una historia que apareció en la revista Mampato en 1968, donde el historietista nos presenta al "verdadero" Viejito Pascuero que visita este lado del mundo, donde todos los años vivimos una calurosa Navidad y donde la nieve solo se ve en las películas y series.

El relato, que se extiende por ocho páginas, muestra el talento de Lobos al contarnos la historia de Pedrito, un niño cuya familia es tan pobre que no tiene dinero para comprarle unas zapatillas, siendo un "patipelado" discriminado por otros niños.

La solución para el pequeño es pedir las zapatillas al Viejito Pascuero, pero su padre carpintero sabe que las condiciones no están para que pueda recibir esos zapatos que tanto desea. Es aquí donde llega el momento más conmovedor del cómic, uno que sigue apretando el corazón: el padre diciéndole a su hijo que "es difícil" que el Viejito pase por su casa y que quizás el próximo año pueda comprarle esas zapatillas, si es que mejora el trabajo. Todo mientras el niño suelta una pequeña lágrima.

Es un momento brillante y un golpe de realidad tremendo, con un escenario que deben haber vivido -y siguen viviendo- muchas familias, no solo chilenas. Hay pocos momentos tan honestos como el que Themo escribió y dibujó aquí.

Después, la magia navideña se hace presente cuando Pedrito es visitado por el Viejito Pascuero, pero no es el que cultura popular ha instalado en nuestro imaginario. Este Viejito Pascuero anda en chalas y con una tenida mucho más ligera, además de viajar en caballo. Es el que se encarga del hemisferio sur, pues el sujeto abrigado es su hermano y a él le corresponde el norte.

El Viejito le regala a Pedrito sus anheladas zapatillas y también una pelota. Agradecido, le pide que no se olvide de todos los niños pobres. No importa su origen, "todos los niños buenos tendrán su regalo".

Al día siguiente, Pedrito intenta jugar con otros niños al tener sus zapatillas y pelota nueva, pero nuevamente es discriminado por uno de ellos, Ronco, que lo trata de "rotoso". Sin embargo, las cosas cambiaron y el resto de los niños no aguantarán los abusos de él.

Ronco se va con el rostro arrepentido, pero Pedrito no es como él. No le tiene rabia, realmente quiere jugar con él. Reconoce su error y nace una amistad. Porque esto es Navidad, alegría y felicidad.

El mensaje final no envejece, con el llamado a aceptar a otros no importa de dónde vengan y no discriminar por cómo se visten y su origen, todos somos niños y podemos jugar juntos, además de aceptar que en muchas ocasiones no tendremos lo que queremos. No siempre se puede, no siempre se podrá.

Themo lo entendía y nos regaló un relato que sigue conmoviendo hasta hoy.

Revivan el "Cuento de Navidad" de Themo Lobos en SuperGeek.

Cuento de Navidad - Themo Lobos

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