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[Reseña] Wish - El Poder de los Deseos: Celebrando la magia con un toque de rebeldía

Como celebración del centenario de Disney, logra aunar toda la tradición del estudio con una preciosa animación que combina lo mejor de los dos mundos.

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Tras ver Wish: El Poder de los Deseos, llega a ser inentendible el trato recibido por la última película de Walt Disney Animation Studios de parte de la crítica estadounidense, pues estamos ante una celebración de la magia animada del estudio en sus 100 años en la que se observa a sí misma, se homenajea y también se da espacio para presentar algo nuevo, con un toque de rebeldía muy bienvenido.

La historia protagonizada por Asha, enérgica heroína con el vozarrón de Ariana DeBose, toma como inspiración a la estrella de los deseos presente en múltiples aventuras animadas de Disney, desde el Gepetto de Pinocho a Tiana de La Princesa y el Sapo, y logra aunar toda la tradición del estudio en una preciosa animación que combina lo mejor de los dos mundos, la tradicional y la digital.

El deseo como concepto es clave en el mundo de Wish, que nos traslada hasta el reino de Rosas, una isla cuyos habitantes revelan una diversidad racial y un cruce de influencias culturales al ser de todos los rincones del mundo. La propia protagonista reúne rasgos del norte de África y de la Península Ibérica como herencia de sus padres. Todos los habitantes de Rosas viven bajo la protección de su soberano, el rey Magnífico (¡qué bien está Chris Pine acá!), un hechicero que puede hacer realidad los deseos de sus habitantes.

La promesa de que alguna vez sus deseos puedan ser cumplidos mantiene a todos los habitantes felices y esperanzados, pero Asha no tarda en descubrir que las motivaciones de Magnífico no son necesariamente honorables. Un deseo de la joven provoca que una pequeña esfera de energía ilimitada llamada Estrella llegue hasta Rosas, uniéndose para poder enfrentar al villano oculto detrás de su majestuosa y respetada presencia.

Magnífico es el clásico villano en la tradición Disney, carismático y encantador, pero vanidoso y controlador, quien ve amenazado su reino al ver que no es el único con poder en Rosas. Puede verse atractivo y majestuoso ante su gente, pero es un tirano, uno que se queda con los deseos de las personas con la promesa de cumplirlos, sin saber que les quita parte de su corazón.

El deseo es lo que impulsa a las personas y Magnífico ve amenazas en algunos de ellos, pues pueden provocar ideas -bajo su visión- que terminen perjudicando a su reino. Así los controla, quedándose con sus deseos.

Asha, por su parte, es idealista, llena de energía y ama a su familia y su comunidad. Por ello, cuando descubre la verdad de los planes del rey, no puede quedarse de brazos cruzados y sabe que debe hacer algo. Es ahí donde entra Estrella, pequeña fuerza mágica que ilumina todo y reparte su poder sin cuestionar, incluyendo dar voz al mejor personaje de todos: Valentino, la cabra vestida de pijama que tiene una voz muy profunda gracias al siempre genial Alan Tudyk.

La travesía de Asha, quien a veces llega a tener demasiada energía, es la clásica de la heroína y, por supuesto, incluye canciones que son perfectas para representar aquel viaje. Escritas por Julia Michaels y Benjamin Rice, son una celebración del legado Disney con sonidos pop que dan un refrescante atractivo al sonido del estudio, sin perder la esencia.

Desde "Mi Deseo", marcando el punto de inflexión para Asha, hasta la divertidísima "Una estrella", pasando por el despliegue de egocentrismo de Magnífico en "¿Y así van a agradecer?", se dan hasta el lujo de tener un festival musical con gallinas. Todos estos temas quedan con uno al salir de la sala.

La animación logra conjugar de bella manera el legado tradicional con las nuevas tecnologías digitales, con fondos acuarelados que recuerdan a clásicos como Blanca Nieves o La Bella Durmiente, rememorando el estilo de un libro de cuentos. Ese aspecto acuarelado también se traspasa a los personajes, acuarela con delineado, con mucho detalle en trajes, la decoración y la misma arquitectura. Ojalá puedan ver esto en el cine, porque el resultado es fascinante.

Siendo una película que celebra la magia de Disney en sus 100 años, también da gusto ver el tono de rebeldía que hay en la historia de fondo. El pueblo levantándose contra el tirano que los tenía cegados al quitarle sus deseos y, con ello, aquello que los impulsa.

Donde no termina por acertar es en la cantidad de homenajes a todas las obras animadas de Disney -sí, todas-, algunas más obvias y otras más escondidas, pues la necesidad de incorporarlo todo termina distrayendo a momentos. Lo mismo con el humor, que no siempre logra encontrar la risa o llega a esforzarse demasiado. Es ahí donde sale al rescate Valentino. Esa cabra con pijama nunca falla.

Como celebración del centenario de Disney, Wish logra capturar la magia que nos servía de escape en los mundos animados del estudio, con canciones inolvidables y un toque de rebeldía que se agradece. Ojalá puedan verla en una gran pantalla, porque es todo un goce.

Wish: El Poder de los Deseos ya está en los cines de Chile y Latinoamérica.

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