[Reseña] Reina Roja: Sin prisa, pero sin pausa
Una inquietante historia a la que es muy difícil poner pausa.
Reina Roja, nueva serie española de Prime Video en conjunto a Dopamine y Focus, es una adaptación del primer libro de la trilogía best seller escrita por Juan Gómez-Jurado, quien también estuvo presente en la escritura de guion.
Lo primero que vemos en pantalla al dar play es el disclaimer "en este episodio se abordan temas delicados, incluido el suicidio y temáticas relacionadas con el suicidio. Se aconseja la discreción del espectador".
El libro empieza con una advertencia similar: "Antonia Scott solo se permite pensar en el suicidio tres minutos al día", y la adaptación definitivamente se toma una licencia más gráfica que la imaginación respecto a esa línea, al menos en el primer capítulo.
Con una intro muy parecida a la de Fringe, Reina Roja es un drama - thriller - policial donde los protagonistas son Antonia Scott (Victoria Luengo), la persona más inteligente del mundo, y Jon Gutiérrez (Hovik Keuchkerian), un gran policía vasco -que no está gordo, es fuerte-, dupla que recorre la ciudad de Madrid, subterránea y superficialmente, para investigar el asesinato del hijo de una magnate bancaria mientras tratan de resolver el secuestro de la hija del hombre más rico de España y, si pueden, evitar más sucesos de este tipo.
Antonia es una persona difícil. Luego de una tragedia que cambió su vida, abandonó su trabajo como Reina Roja, cabeza de una operación policial experimental y súper secreta, para recluirse en un departamento vacío al que, cada cierto tiempo, llegan enviados de Mentor (Alex Brendemühl) a tratar de reclutarla nuevamente.
Porque por muchas tragedias que llevemos a cuestas, la vida no para. Y desgraciadamente, el crimen tampoco.
Jon entra a este juego por culpa de su muy mala costumbre de hacer lo correcto, aunque eso signifique recurrir a acciones poco éticas, y termina cometiendo un error que le cuesta una suspensión sin placa ni sueldo hasta nuevo aviso… Aviso que llega cuando conoce a Mentor, quien le obliga a ir por Antonia y traerla a servicio activo.
La inteligencia de Antonia no es sinónimo de carisma, y el tamaño de Jon no significa que sea una terrible persona. Combinando acción e investigación, la química y dinámica de los protagonistas recuerda, en cierta medida, a la de Lisbeth Salander y Mikael Blomkvist de la saga Millenium. Es una relación de apoyo mutuo llena de violencia y ternura debido a las circunstancias de la vida, que logra generar una confianza impenetrable que crece a pesar del agreste terreno en el que fue sembrada.
A pesar de la fuerza de los protagonistas, no es justo dejar de lado al plantel de secundarios, que son parte importante de la historia. Aunque aparezcan brevemente, algunos durante solo unos minutos, no son simple relleno para el avance de la trama, sino que son quienes despejan el camino y ayudan a desenredar los pensamientos y acciones de Antonia y Jon.
Técnicamente, la producción española no tiene nada que envidiar a las clásicas policiales estadounidense o del Reino Unido. La fotografía e iluminación están al servicio de una acción bien planificada que incluye persecuciones vehiculares y explosiones, pero, en contraste, hay cosas que no terminan de cuajar del todo, como diálogos excesivamente literarios que, en el contexto de la pantalla, se sienten poco naturales.
De lo que sí goza Reina Roja es de ser una serie altamente adictiva. Es difícil poner pausa a los 350 minutos de serie cuando el hilo narrativo fluye sin mayores contratiempos y el misterio se va desvelando con calma al principio y pisando el acelerador hacia el final, construyendo un clímax sin prisa, pero sin pausa que deja el camino pavimentado a una muy probable segunda temporada.
Por suerte, están los libros por si quieren saber cómo continúa la historia.
Los siete episodios de Reina Roja ya están disponibles en Prime Video.