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[Reseña] The Acolyte - Final de temporada: Más preguntas que respuestas

"Algún día, las nobles intenciones que tienen destruirán a todos los Jedi" - Madre Anaseya.

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Luego de ocho episodios, The Acolyte ha llegado a su fin. Y, ya que desde Lucasfilm no dan puntada sin hilo en la fuerza, es muy probable que esta historia no quedé acá, sino que se resuelva en una segunda temporada.

La última serie original de Star Wars exclusiva de Disney+ se atrevió a llevar al live-action una historia inédita de la saga para este formato, la Alta República y la época de oro de la Orden Jedi, donde al fin pudimos apreciar que la superioridad moral de los monjes de la fuerza, en realidad, no es tal.

Y, francamente, es una gran adición al canon oficial: nada ni nadie es tan perfecto como pretende.

El desenlace de las gemelas creadas por una poderosa concentración de la Fuerza luego de un gran accidente -que está ampliamente documentado en la literatura disponible sobre la Alta República- terminó donde comenzó, Brendok, aquel planeta que, según los Jedi, no debería ser capaz de albergar vida.

Osha, Mae, Sol y Qimir se enfrentan en la batalla más decisiva de sus vidas con dos grandes coreografías que se ven absolutamente interrumpidas por el exceso de la cámara lenta, cosa que no puede más que hacernos recordar a Zack Snyder (y con Rebel Moon ya pudimos ver que habría sido de Star Wars si le daban el visto bueno).

Amandla Stenberg comenzó muy fuerte realizando el papel de las gemelas, pero, a medida que pasaban los capítulos, se mezclaron hasta el punto en que, definitivamente, cambiaron de identidad. Ojalá haya sido a propósito, porque su interpretación es muy buena, pero, sin duda, quienes sacaron aplausos por sus actuaciones fueron el surcoreano Lee Jung-jae como un atormentado Maestro Sol que solo quería hacer lo correcto y el filipino-canadiense Manny Jacinto como Qimir, un Sith en búsqueda del aprendiz perfecto para llevar a cabo su plan. En términos estrictos, Sol y Qimir (que, al parecer, viene del árabe Qamar, que significa luna) son, como las gemelas Osha y Mae, dos caras de una misma moneda, movidos por intenciones diferentes hacia un resultado similar.

Por otro lado, Vernestra Rwoh (Rebecca Henderson) es la personificación de Star Wars del "¿quién vigila a los vigilantes?". El Senado Galáctico va tras sus pasos y sus acciones son, definitivamente, no dignas de alguien en el Gran Consejo Jedi. La paz debe mantenerse a toda costa, aunque sea en base a mentiras.

La historia que cuenta The Acolyte es tremendamente interesante para comprender muchas cosas del futuro de la saga, pero, desgraciadamente, se ve enturbiada por cómo está ordenada la narrativa. La sobreutilización del racconto en dos episodios completos -que, además, eran prácticamente iguales- hizo que la historia se sintiera pesada y que, a todas luces, no avanzara.

Entre los episodios 1 y 8 no hay gran avance temporal ni profundidad de una historia que, sin una continuación que sea capaz de contarla a fondo, no se justifica. El final es tan abierto y con cameos tan evidentes para fans hardcore de la saga que la necesidad de una segunda temporada es más que imperiosa.

La primera temporada de The Acolyte está disponible en Disney+.

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