Publicidad

[Reseña] Look Back: Hermoso y doloroso camino de creación

La adaptación del one-shot de Tatsuki Fujimoto es la mejor hora que tendrán en cines en este momento.

Publicidad

El viaje de la creación puede ser hermoso, pero también doloroso, y eso es lo que está al centro de Look Back, la excelente adaptación al anime del one-shot del mangaka Tatsuki Fujimoto que finalmente llegó a los cines chilenos.

Aunque Fujimoto es reconocido mundialmente por la salvajemente brutal y desatada Chainsaw Man, sus historias autoconclusivas han demostrado su enorme talento como narrador cargado a las sutilezas y la emoción. Muestra de ello son Me wo Sametara Onnanoko ni Natteita Byō (2017), Imōto no Ane (2017) y Goodbye, Eri (2022).

Look Back, que publicó en 2021 -durante la pausa de la serialización entre la Parte 1 y Parte 2 de Chainsaw Man-, es la obra más personal del autor al hablar sobre algo que conoce muy bien: el trabajo de un mangaka.

En apariencia sencilla, la historia nos presenta a dos niñas, Fujino y Kyomoto. Viviendo en un pequeño pueblo y con personalidades muy diferentes, la vida termina uniéndolas de forma inesperada gracias a su amor por el manga. Eso es todo lo que necesitan saber para emprender este viaje que el veterano animador Kiyotaka Oshiyama decidió adaptar en una película de anime de una hora, 57 minutos para ser exactos, que emociona y golpea de formas que no esperan.

Oshiyama, quien ya estuvo en una adaptación de Fujimoto al diseñar los demonios de Chainsaw Man y sus créditos incluyen obras enormes como Devilman: Crybaby y El Niño y la Garza, trabajó junto al hasta ahora desconocido estudio de animación Studio Durain para llevar Look Back a la gran pantalla, con una adaptación que abraza las fortalezas de la obra original y demuestra el poder de la animación para dar una interpretación emocional más potente a las escenas del manga, combinando estilos y variadas formas de narración.

La propia película aborda las diferencias entre los lenguajes del manga y de la animación, balanceándose entre ambos. Después de todo, es una historia sobre la creación en el mundo del manga y el lenguaje secuencial entra en escena en varias oportunidades para dar cuenta de los relatos dentro del relato.

Ser mangaka es un trabajo duro, exigente y demandante, muchas veces solitario y no siempre gratificante. Oshiyama entiende el sacrificio de aquella labor y pone enorme foco en aquellos esfuerzos al momento de sacar el lápiz en la mesa. El talento no es algo con lo que se hace, es algo que requiere práctica, mucha práctica, y llenar torres de cuadernos con dibujos.

Fujino y Kyomoto aman el manga y ambas ven las riquezas de la otra al momento de realizar una historieta, pero ellas mismas no son capaces de ver sus propias fortalezas. A veces se necesita una palabra, un alago, para ver todo desde una perspectiva totalmente nueva.

El trabajo del creador puede ser solitario, pero no tiene por qué ser así. El crecimiento se da en comunidad y la inspiración no llega sola. Fujino y Kyomoto son dos personas que nacieron para encontrarse en el camino de la creación y cada una ayuda a la otra de formas que ni se imaginan, más allá de las viñetas y los trazos, por lo que la vida, cuando golpea -porque siempre lo hace-, pega demasiado fuerte.

Inspiradora y emocionante, triste y dolorosa, honesta y real, Look Back es puro amor por el medio, por el manga y la animación, que llegará al alma de cualquier espectador.

Lo damos por firmado: esta es tan solo la carta de presentación de Studio Durain y veremos grandes cosas de este estudio a futuro.

Look Back se encuentra en cartelera en los cines de Chile desde este 10 de octubre.

Publicidad