El Exorcista busca nuevo director tras el fracaso de 2023
El desastre que significó The Exorcist: Believer para Blumhouse y Universal obligó a la salida de David Gordon Green.
No es gratuito hablar de desastre con respecto a la renacida saga de El Exorcista (The Exorcist), considerando la gigantesca inversión realizada por Blumhouse, la productora de Jason Blum, y Universal pensando que tenían el éxito asegurado.
Fue el julio de 2021 que compraron los derechos de la franquicia a Morgan Creek por la ridícula suma de 400 millones de dólares, con los planes de realizar una trilogía que comenzó en 2023 con The Exorcist: Believer (El Exorcista: Creyentes).
Bajo la dirección de David Gordon Green, quien dividió a las audiencias con la trilogía moderna de Halloween, la película no fue ningún éxito: fue destrozada por la crítica y solo recaudó 136 millones a nivel global. Aunque la compra de la franquicia también incluye los derechos para aprovechar la propiedad intelectual, ya sea en parques y experiencias, pero no estaba en los planes el desastre registrado en la taquilla.
Ahora, para alegría de muchos, Green abandonó la franquicia, por lo que la próxima película, titulada The Exorcist: Deceiver, se quedó sin director.
Desde ya, está en marcha la búsqueda de un nuevo director, pero esto llevó a que la secuela quedara sin fecha de estreno. Originalmente, se iba a estrenar el 18 de abril del 2025, pero ahora aquella fecha le pertenece a la biopic de Michael Jackson titulada Michael.
Green, por ahora, se enfocará en su película con Ben Stiller, Nutcrackers, y la cuarta temporada de The Righteous Gemstones para HBO.
The Exorcist: Believer no tomó ningún riesgo y todo siguió una fórmula segura con elementos ya vistos: volvió a sonar "Tubular Bells" de Mike Oldfield para erizar la piel, regresó Ellen Burstyn como Chris MacNeil -que no gustó mucho- y el mal de Pazuzu ahora posee no a una, sino que a dos niñas, cubiertas de marcas satánicas sangrientas y devorando páginas de la Biblia.
Se presentó como una continuación directa de la obra maestra dirigida por William Friedkin en 1973 de la mano de un guion de William Peter Blatty, autor de la novela original, pero no estuvo a la altura. Para nada.