"Batman: La Serie Animada": 30 años de una obra maestra
¿Cuál es el mejor recuerdo que tienen de esta querida animación?
Un 5 de septiembre, pero de 1992, se hizo historia en la televisión.
Aquel fue el día en el que debutó "Batman: La Serie Animada" (Batman: The Animated Series), la cual marcó un antes y un después en la forma de realizar animación televisiva, quebrando todos los moldes existentes en la década de los 90.
Clásicos episodios como "Corazón de Hielo", "Amor Loco" o "Growing Pains" quedaron para siempre en el corazón de los seguidores de la creación de Bill Finger con Bob Kane, con las voces originales de Kevin Conroy y Mark Hamill estando vinculadas para siempre a "Bruce Wayne" y el "Joker", o más bien, "Bruno Díaz" y "El Guasón" como se les conoció en el doblaje hispanoamericano.
En el caso de quien escribe, el cariño por la serie animada cocreada por Bruce Timm y Eric Radomski, que dio el vamos al Timmverso -el universo animado de DC Comics que reúne las producciones encabezadas por Timm-, se debió a mis padres.
Es que ellos, sin saberlo, fueron parte importante de mi crianza comiquera.
Era la década del 90, prendí la televisión y en uno de los canales públicos comenzó algo que no había visto antes, algo muy diferente y que no me podía sacar de la cabeza. Partía con un banco, una explosión y dos siluetas que huyen de la policía. Y aparece el batimóvil, el vehículo va a la acción. Cuando creemos que los delincuentes huyeron, un Hombre Murciélago se interpone en su camino.
Jamás olvidaré la primera vez que me encontré con la intro de "Batman: La serie animada". Aún no puedo recordar cuál fue el primer capítulo que pude ver, pero no olvido la emoción al observar ese inicio que cierra magistralmente con un rayo presentándonos al héroe.
Si bien mi primer "Batman" televisivo fue Adam West, esto era radicalmente distinto. Había oscuridad, seriedad y un humor mucho menos ridículo, algo que jamás vi en el colorido live-action.
Fue en ese momento que mis padres vieron esto y sentenciaron: "Esto es muy oscuro, no es para niños", prohibiéndome ver la serie de "Bruno Díaz", "Ricardo Tapia", "el Guasón" y otros tantos habitantes de Ciudad Gótica.
Por supuesto, sabía que estaban muy equivocados. Yo debía seguir viendo esto y el hecho que estuviera prohibido lo hacía aún más atractivo. Prender la televisión y bajar el volumen y estar atento a si se acercaban para cambiar el canal. O escucharlos decir "espero que no estés viendo esos monos de 'Batman'", a lo que siempre respondía negativamente.
Con tanta prohibición, más disfrutaba lo que veía.
En aquellos años no había streaming o alguna forma de ver de inmediato más capítulos más allá de la media hora televisiva, por lo que salté a los cómics. Vivía en un pueblo chico, no tenía tiendas de historietas, por lo que había que agarrar lo que llegara (y alcanzara con las monedas que uno juntaba).
El salto a las viñetas fue natural. Pese a que mis hermanos no compartieran mi gusto por la historieta y que mis padres encontraran que era un desperdicio gastar plata cómics, la semilla ya estaba sembrada.
Fue gracias a mis padres que aquella semilla fue floreciendo. Estoy bastante seguro que no me hubiera interesado realmente en esto si no hubiera pasado lo que ocurrió.
Cuando se conmemoran 30 años del estreno de esta celebrada y premiada serie, agradezco a mis padres por prohibirme "Batman: La serie animada". Ello no fue un impedimento, eso fue un incentivo.
Esa fue mi entrada al extenso universo del Hombre Murciélago, a sus historietas y, con los años, al mundo del cómic más allá de los superhéroes. Y todo gracias a mis padres y a un Cruzado Encapotado que se iluminaba con un rayo.
Hoy pueden revivir todos los episodios de "Batman: La Serie Animada" en el streaming HBO Max.