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[Reseña] "Los Anillos de Poder": Una espectacular expansión que nos hace sentir en casa

"El pasado está con todos nosotros, nos guste o no".

A lo largo de los primeros dos episodios de "The Lord of the Rings: The Rings of Power" (El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder), hay una constante que envuelve a la gran narrativa.

El pasado. Algunos personajes buscan dejarlo atrás, otros no pueden olvidarlo y continúan luchando contra él, y nosotros, como espectadores, no podemos evitar sentir que estamos nuevamente en casa.

La superproducción de Amazon Studios finalmente dio el vamos a su gigantesca apuesta inspirada en el legendarium, la mitología creada por J.R.R. Tolkien, y realmente no se queda corta en la espectacularidad. Nada de lo que hayamos visto antes en televisión, y eso incluye a "Game of Thrones" y su precuela "House of the Dragon", ha alcanzado la escala que estamos presenciando con tan solo dos episodios.

Tomando como base los escritos conocidos como los apéndices de "El Señor de los Anillos", la historia nos traslada a la Segunda Edad de la Tierra Media. Un mundo joven, donde elfos, humanos, enanos y pelosos -predecesores de los hobbits-, viven en sus propias tierras, sin involucrarse realmente entre las distintas razas.

Es una época que busca dejar atrás la larga guerra contra "Morgoth", la primera figura del mal en la Tierra Media, y su sirviente más devoto, el mismísimo "Sauron". Hay quienes creen aquel astuto y cruel hechicero ha caído, pero otros, como una joven guerrera elfa llamada "Galadriel" (Morfydd Clark), sienten que el mal no se ha ido realmente y está ahí afuera, preparando todo para su regreso.

Los cielos están extraños y un gran cambio está por impactar a la Tierra Media, literalmente.

Es el anticipo del ascenso de "Sauron" y de la forja de los Anillos de Poder y el Anillo Único, aquel fue forjado en secreto por el villano para dominar a los demás. Y ya saben cómo sigue el resto.

Siendo una época que no ha sido explorada anteriormente fuera de los textos, resulta ser un viaje donde realmente no sabemos qué esperar. Por supuesto, conocemos el desenlace y la mención de algunos personajes claves del legendarium nos dan importantes pistas para dar cuenta de las rutas que puede tomar el relato, pero esto es un camino que, en gran parte, tiene (y tendrá) rutas completamente inesperadas y eso hace que todo esto sea una verdadera experiencia tanto para los conocedores de la mitología de Tolkien como para los recién llegados.

Aunque todavía falta personajes por conocer (sí, aún), la serie deja de manifiesto que desde hace tiempo que "Galadriel" merecía tener el foco protagónico, dama élfica que derrocha presencia y elegancia y que permanece en eterno choque con su alma guerrera, con Clark entregando un fantástico balance en un personaje que aún tiene mucho que aprender.

Los creadores y showrunners, Patrick McKay y JD Payne, se aseguran de que cada centavo esté bien gastado en esta serie, y se nota. Épico es una palabra que se repite prácticamente al ver cada escena, con el director J.A. Bayona (The Impossible, Jurassic World Fallen Kingdom), quien encabezó los dos episodios titulados "La sombra del pasado" y "A la deriva", asumiendo la tarea de dar con el tono y la gran escala que prometía esta serie.

Visitar "Khazad-dûm" en su era de gloria es un espectáculo deslumbrante, al igual que recorrer el reino de "Lindon" gobernado por el Alto Rey "Gil-galad", pero también se saca enorme provecho de las locaciones reales que nos llevan de regreso a los parajes de la Tierra Media (AKA Nueva Zelanda).

Pero eso es justamente uno de los elementos que impiden que esto se sienta como propio, sino que más bien es una expansión, una que respeta en demasía la obra de Tolkien y también lo que hizo Peter Jackson y su equipo con la premiada trilogía cinematográfica.

Por mucho que haya personajes nuevos, que terminan siendo mucho más atractivos de lo que inicialmente se anticipó, y la historia se tome libertades para condensar todos los eventos importantes de la Segunda Edad en el mismo periodo, todo esto nos hace sentirnos en casa. Es regresar a la Tierra Media que conocimos tanto en las novelas como en las películas.

Ahí también está el tema principal a cargo de Howard Shore, quien compuso la música de las tres películas de "El Señor de los Anillos" y las tres de "El Hobbit", y las melodías de Bear McCreary que inmediatamente nos llevan de vuelta a la Tierra Media.

No está mal, para nada, al sentirse todo como una historia que llega a expandir ese universo que tanto conocemos. Presentarse como algo distinto, a esta altura, no habría tenido sentido. 

Considerando la gran escala que posee esta serie, los dos primeros episodios, y especialmente el primero, caen en una cargada exposición para dar cuenta de todos los personajes e historias que seguirá "Los Anillos de Poder", por lo que recién el relato agarra vuelo e impulso en el último tramo del segundo capítulo. Y eso que aún falta visitar Númenor y nos quedan personajes por conocer. A tomar nota.

Fue una buena decisión estrenar los dos primeros episodios de inmediato, ya que otorgan la necesaria presentación a esta era y dejan en claro el tono y el espíritu de la serie. Hay personajes a los cuales ya estamos apreciando (¡"Galadriel"! ¡"Nori"!) y otros tienen enorme potencial, y cuenta con tramas y misterios planteados que generan enorme interés. Además, los orcos son realmente escalofriantes en esta oportunidad, siendo un recordatorio de lo temibles que pueden llegar a ser.

El respiro de alivio es general al terminar los dos primeros capítulos, que van en una buena dirección y entregan un comienzo bastante sólido. Lo clave acá es que nos hace sentir que estamos de vuelta en casa.

Da gusto decir, nuevamente, bienvenidos a la Tierra Media.

Los primeros dos episodios de "El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder" ya están disponibles en Amazon Prime Video, con capítulos de estreno a primera hora de cada viernes en el streaming.