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[Recap] South Park: Prisioneros de ChatGPT y de la Casa Blanca

South Park no ha dejado títere con cabeza con su temporada 27 y con su tercer episodio, "Sickofancy", llevó todo hasta un rincón tan sombrío del que se nos advierte que no existe escapatoria.

El presidente de EE.UU. Donald Trump sigue siendo el gran antagonista de este ciclo en el que la creación de Trey Parker y Matt Stone no se ha guardado ningún golpe hacia la actual Administración estadounidense, convirtiendo a su gabinete en perritos falderos y asesinos de cachorros, además de criticar con dureza las acciones del gobierno, especialmente las redadas migratorias llevadas a cabo por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE.UU. (ICE) en las que se detiene "solamente a los morenos".

Pero Parker y Stone tenían guardada otra bala en el cañón que dio justo en el blanco: la dependencia excesiva de la inteligencia artificial (IA) y la transformación de la relación entre personas y tecnología.

Todo comienza con Randy Marsh viendo cómo su negocio soñado de una granja de marihuana, al que empujó a su familia sin considerar su opinión, se viene abajo por las redadas migratorias de ICE que lo dejan sin trabajadores mexicanos. En vez de escuchar a su familia y tomar el camino correcto de volver a casa, a South Park, decide pedirle consejo a ChatGPT.

Con Toallín como su único empleado, transforma su granja de marihuana en una "plataforma de marihuana impulsada por IA para soluciones globales", porque ahora todo, incluso aquello que no lo necesita, recurre a la IA. Y como toda compañía tecnológica, abren sus mentes con micro dosis de ketamina. No inventamos nada de esto, pues es parte del delirante video de presentación de la compañía.

Por supuesto, el negocio no podrá ser rentable si la marihuana sigue siendo ilegal en múltiples estados de EE.UU. La solución de Randy es enviar a Toallín a una Washington D.C. convertida en el sueño dorado de Trump, una capital completamente militarizada, y solicitarle al presidente que legalice la marihuana en todo el país.

Como todo el plan fue resultado de sobredosis de ketamina ("estoy en un agujero"), Toallín descubre muy tarde que fue enviado a la Casa Blanca como regalo para Trump. La toalla parlante no es más que otro obsequio como los que entregan muchos líderes mundiales y CEOs de compañías tecnológicas para sobornar a Trump, adulándolo, elevando su ego y asegurándole que "no tiene un pene pequeño".

Randy decide poner fin a su granja de marihuana y volver a South Park junto a su familia, luego de que su esposa Sharon le hablara al estilo ChatGPT, pero se olvida de lo que le hizo a Toallín, quien ahora está en el baño de Trump pasando por traumáticos sucesos.

Cuando la toalla parlante le pide a Satán, la pareja de Trump en la serie, que le ayude a escapar, todo adquiere un tono oscuro y desolador: el príncipe de las tinieblas, al igual que Toallín, le revela que él también es un prisionero de Trump y que no hay escapatoria de la Casa Blanca.

El sombrío desenlace resulta en un reflejo del estado actual de EE.UU. sometido a las acciones y políticas de una Administración que busca purgar todo lo que va en contra de la mirada conservadora de Trump y su Gobierno, donde resulta más efectivo adular que cuestionar.

Parker y Stone siguen en racha con un capítulo sólido donde la sátira animada continúa dando palos a la Administración de Trump, pero también lanza sus dardos a la sociedad actual que privilegia la IA con su falsa empatía, dando justamente las respuestas que queremos, no las que necesitamos, entregando un vínculo artificial que pareciera comprendernos. Nula creatividad ni pensamiento crítico.

A Sharon le resulta efectivo imitar al chatpbot con IA para convencer a su esposo Randy de abandonar el negocio de la granja de marihuana porque le habla de una forma que lo hace sentirse comprendido. Nadie quiere que le digan que está equivocado, pero, al igual que una IA, la verdadera empatía se puede imitar muy bien.

Hoy pueden revivir todas las temporadas de South Park en el streaming Paramount+, aunque sus episodios de estreno llegan con un día de desfase.