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[Retro Recap] Avatar - La Leyenda de Aang: El Templo del Aire del Sur

No puedes protegerlo para siempre.

Hay algo que continúa siendo fascinante de Avatar: La Leyenda de Aang (Avatar: The Last Airbender) a 20 años de su estreno. No importa cuántas veces la hayamos visto, la serie animada creada por Michael DiMartino y Bryan Konietzko va creciendo capítulo a capítulo y el que hoy nos convoca lo demuestra con ganas.

El tercer episodio de la serie titulado "El Templo del Aire del Sur" fue dirigido por Lauren MacMullan (El Crítico, Los Reyes de la Colina, (Des)encanto, Los Simpson) y tuvo a DiMartino en su guion, presentándose con un objetivo claro: dar cuenta del porqué del título de "el último Maestro Aire", golpeando tanto a sus protagonistas como al espectador.

Aang recién está tomando conciencia del caos que provocó su ausencia durante el siglo en el que permaneció en animación suspendida. Dejó al mundo sin su Avatar, maestro de los cuatro elementos, encargado de traer el equilibrio entre las cuatro naciones. Desapareció cuando el mundo más lo necesitaba y ahora la Nación del Fuego está muy cerca de ganar la guerra.

La necesidad de saber más sobre lo sucedido en aquellos 100 años lleva a que el primer destino del equipo, con Katara y Sokka a su lado, sea el Templo Aire del Sur donde creció. A su llegada no tardan en dar cuenta del estado de abandono del lugar, muy distinto al apogeo de hace un siglo atrás. Pese a ello, Aang sigue optimista. Después de todo, hay que volar para poder llegar hasta aquel templo.

Distrayéndose en los recuerdos y juegos de antaño, Katara y Sokka dan de golpe con la verdad. Los despiadados maestros fuego sí llegaron al hogar de Aang, pero Katara prefiere ocultarle la verdad. Su hermano le sigue el juego, pero le advierte que no puede protegerlo por siempre.

Al seguir recorriendo el templo, dan con una estatua del monje Gyatso, mentor de Aang y su única figura paterna hace 100 años, recordando cómo le hacía olvidar sus preocupaciones tras descubrir que era el Avatar lanzando pasteles a otros monjes. Posteriormente, visitan el Santuario del Templo del Aire que está repleto de estatuas que forman un patrón. Cada una representa una de las vidas pasadas de Aang dentro del ciclo del Avatar, pero el joven maestro aire queda en trance ante una: su vida anterior, el Avatar Roku.

Al volver en sí, se topan con la única forma de vida que habita en el templo, un lémur volador que no tarda en huir de ellos. Al perseguirlo, Aang descubre los restos de su querido mentor Gyatso rodeado por cuerpos de maestros fuego. El joven pierde el control y nada puede consolarlo, entrando en Estado Avatar y desatando su poder con una ira intensa. Esto también trae consecuencias inesperadas al activar otros templos elementales, lo que revela al mundo que el Avatar ha regresado.

Katara es la única que logra calmar a Aang al entender el dolor del joven, compartiendo su propia experiencia al perder a su madre. Puede haber perdido a su pueblo, pero ganó una familia con Katara y Sokka. Ambos lo protegerán.

Recuperando el control y abrazado a su nueva familia, Aang entiende que es el último Maestro Aire, pero eso no significa que esté solo.

En paralelo, el desterrado príncipe Zuko se encuentra con el comandante Zhao, un maestro fuego con grandes ambiciones y siempre motivado por su propio interés. Arrogante, sádico y de temperamento explosivo, se convierte en el principal rival de Zuko en la búsqueda del Avatar. Mientras al príncipe lo motiva la restauración de su honor, Zhao se mueve por el ansia de poder. Al descubrir que Zuko se encontró con el Avatar y lo dejó escapar, decide liderar la persecución del maestro de los cuatro elementos y degrada al príncipe desterrado. Impulsado por la rabia, Zuko desafía a Zhao a un Agni Kai, un duelo entre Maestros Fuego, del que el príncipe sale vencedor. Un resultado muy distinto a su último duelo, el cual jamás olvidará.

Derrotado, Zhao demuestra su nulo autocontrol al intentar atacar a Zuko por la espalda, pero es detenido por Iroh, quien cuestiona su falta de honor. Incluso en su destierro, Zuko es más honorable que un comandante de la Nación del Fuego.

Mucho sucede en este tercer capítulo, formando lazos y creando rivalidades, además de sumar a un nuevo integrante a la nueva familia de Aang con el lémur volador, quien recibe el nombre de Momo. Es hora de avanzar y dejar el viejo hogar atrás, con el Avatar mirando hacia el futuro junto a su familia actual.

Avatar: La Leyenda de Aang está disponible en Netflix y en Paramount+.