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Ya era hora: Japón se despide de los disquetes en la administración pública

No deja de ser curioso que uno de los países más tecnológicos del mundo aún dependía de discos de 3,5 pulgadas.

El pasado 28 de junio, el Gobierno de Japón dio una curiosa declaración: luego de aproximadamente 50 años, al fin lograron erradicar el uso del disquete de las dependencias del servicio público. A pesar de estar técnicamente obsoletos desde 2011, los pequeños discos magnéticos aún eran ampliamente utilizados. 

Todo comenzó durante los peores momentos de la pandemia de COVID-19 en 2021, ya que el país nipón necesitaba acceder de manera rápida e interconectada a los archivos (Registro Civil y Ministerio de Salud, por ejemplo) de su población para ver a quiénes habían testeado -y, en este apartado, saber quienes habían dado positivo- y vacunado. Al no tener una sólida base de datos para consultar, quedó en evidencia que el Gobierno japonés necesitaba urgentemente dejar esta tecnología análoga y, después de casi 50 años, lo han logrado.

El camino hacia la digitalización total del servicio público fue liderada por el ministro de Medios Digitales Taro Kono, quien, a pesar de "haber ganado la guerra" (sic) contra los disquetes, aún tiene una larga lucha contra la resistencia tecnológica: En Japón, los fax todavía son más usados que el correo electrónico, y los MiniDisc y CDs siguen siendo repositorios "confiables" de información.

El disquete, también conocido como floppy disc, es un sistema de almacenamiento inventado por IBM en 1970 y que fue utilizado masivamente durante las décadas de las 80, 90 e incluso los primeros años de los 2000. Son pequeños discos magnéticos dentro de un recubrimiento plástico que sirven para transportar información de una computadora a otra y se transformaron en un elemento tan icónico de la tecnología análoga que, hasta el día de hoy, son el símbolo de guardado en la interfaz de varios softwares.

El modelo más popular, el de 3,5 pulgadas, es capaz de almacenar 1,44 MB de datos (para que se hagan una idea, podrían guardar 2,5 fotos de las que están sobre este párrafo), pero son altamente frágiles. Algo tan simple como el polvo, la mala manipulación o un imán puede borrar la información almacenada en ellos, y respecto a su legítimo sucesor, el CD-ROM -un formato más confiable y estable al ser óptico-, es caro de fabricar y almacenar.

Aunque sea sorprendente, Japón no es el único país que seguía dependiendo del uso de disquetes: En Estados Unidos, todo el sistema de trenes de la ciudad de San Francisco funciona en base a floppy discs y recién en 2019 dieron de baja a los computadores IBM Serie-1 de 1970 del Pentágono, las desktops que prácticamente estaban a cargo del sistema de armas nucleares.

Para terminar, el avión Boeing 737, diseñado en 1988, también sigue funcionando en base a disquetes. Sus bases de datos deben actualizarse cada 28 días. Para esto se usan aproximadamente 8 disquetes -suponiendo que son discos 1,44 MB, las actualizaciones pesan más o menos 11,5MB- y se actualizan los datos de aeropuertos, rutas y pistas de aterrizaje, entre otros.