[Análisis] Huawei P50 Pocket: Elevando el listón de los plegables
Probamos en exclusiva el nuevo plegable de Huawei y esto nos pareció.
El mundo de los plegables es aún raro y sobre todo muy caro, pero es una tecnología que sin darnos cuenta está presente hace dos años ya y definitivamente llegó para quedarse creando una nueva categoría de teléfonos móviles: gama alta premium.
Y en este espacio se ubica el P50 Pocket de Huawei, la que vendría siendo como la versión plegable del P50 Pro aunque más bien se trata de una variante flexible del mismo, más que el solo modelo con la capacidad para doblarse por la mitad, al estilo de los clásicos clamshell o tipo concha.
Lo primero que tengo para decir de este equipo es que si eres amante de la tecnología sentirás una alegría y gusto tremendo al tenerlo en las manos debido principalmente a su avanzada bisagra, que en este caso permite un pliegue perfecto, sin el conocido espacio que deja el modelo de Samsung (Galaxy Z Flip3 y algo menos el Razr de Motorola).
Esto no es un detallito nomás, para nada, ya que es un tremendo avance en cuanto al cuidado de la siempre frágil pantalla flexible pues lo usual es que al tenerlo en el bolsillo o dentro de la cartera o mochila se introduzcan objetos pequeños como monedas o tarjetas, los que muy posiblemente dañen el panel.
Aquí evitamos eso y de paso, también se esconde bastante la hendidura o marca que queda en el dispositivo cuando se extiende completamente. Otro punto para Huawei. Estirada, la pantalla OLED flexible llega a las 6.9 pulgadas y nos presenta una tasa de refresco de 120Hz que es dinámica, por lo que el consumo de batería no es excesivo.
Otra diferenciación viene en su pantalla externa, la que también es OLED pero de 1.04 pulgadas y completamente redonda, tal como el módulo de cámaras, por lo que estirado y de espaldas bien se parece al P50 Pro. Sin desviarnos, esta pantalla redonda es definitivamente maravillosa permitiéndonos por fin interactuar con el smartphone más allá de mostrarnos la hora y poco más.
Sí, porque Huawei pensó que sería más productivo que el usuario tuviera la posibilidad de configurarla al gusto gracias a distintos widget, que se unen a lo básico de mostrar la hora y cambiar la música. También permite tomar fotografías tipo selfie incluso con el detalle de mostrar un preview para ver si gustó o no la foto. Y además puede grabar video desde ahí mismo.
Para mover semejantes funciones necesita potencia y aquí la compañía china se la jugó con un Snapdragon 888, sin 5G por las sanciones estadounidenses, y lo acompaña de 8 u 12GB de memoria RAM más 256GB de almacenamiento interno. La unidad que nosotros tenemos a prueba y que es la que se vende en Chile, corresponde a la Premium Edition siendo esta la más potente y también la más costosa.
Las cámaras responden lo suficientemente bien como para formar parte de la serie P de Huawei y si algo le falta, no hay problema pues la Inteligencia Artificial se encarga de remediarlo. Eso sí, la grabación de video no es la mejor si eres un amante de esto, aunque para publicaciones en redes sociales cumple sin problemas.
Este NO es un teléfono móvil normal, por lo que no esperen que nos enfoquemos en la jugabilidad que alcanza, pues creo que no es el foco, aunque igualmente responde sin problemas si alguien quiere utilizarlo también para jugar. Cosa de gustos.
Tiene una rápida huella dactilar lateral y también responde muy bien en cuanto al desbloqueo del equipo a través del reconocimiento facial, esto porque obviamente estirado presenta una cámara delantera en la parte superior central que cuenta con 10.7 MP y también agrega prestaciones mejoradas gracias a la IA.
Hay un punto que es digno de destacar y es su autonomía, pues cuando lo recibí dudé de lo que podía entregar ya que sus 4.000 mAh suenan bastante escuetos, pero lo cierto es que el trabajo que realiza el procesador de Qualcomm en conjunto con la capa de personalización EMUI 12 (que cada vez se parece más a HarmonyOS) es justo en ese aspecto y permite que con un uso de medio a alto, el equipo pueda utilizarse sin cargarse hasta poco más de un día y medio.
¿Aspectos negativos? Claro que tiene, porque no hay teléfono perfecto. Y aquí el P50 Pocket pierde toda su hermosura exterior gracias a ser un real imán de huellas, lo que lo hace ver siempre sucio y no hablo solo de su pantalla delantera, sino que de todo el equipo esté plegado o no.
También se le saca poco partido, aún, a los widget de la pantalla delantera y si bien sorprende con los cinco que tiene: Cámara, clima, agenda, calendario y espejo, urge una actualización que permita agregarle los necesarios para el usuario. En la presentación global se mostraron varios más en funcionamiento, por lo que esperamos no se queden solo para China, como lamentablemente viene siendo una mala constante de Huawei.
Hay algo más que si bien no es una cosa del equipo, tiene que ver con la decisión de la compañía china de lanzar su versión más costosa, la Premium Edition, lo que hace subir ostensiblemente su precio que se empina casi al millón y medio de pesos, aunque promociones y regalos varios mitigan en parte esa sensación de derroche extremo. Ideal hubiese sido contar con las versiones “normales” para así acercar su precio a algo más normal y seguro en un par de meses poder comprarlo por la mitad de lo que vale este. Pero no.
En definitiva y pese a estos peros muy solucionables, estamos ante un dispositivo que sí o sí eleva el listón en la categoría plegables clamshell, lo que de seguro tiene que ser mirado por su competencia directa para intentar superar sobre todo esa pantalla externa que hasta el momento no tiene igual. Obviamente no es un teléfono móvil para todos, pero si tienes con qué y los plegables te estaban intentando convencer hace un rato, entonces tienes que ir por este P50 Pocket, a ojos cerrados.