
[Reseña] Código Negro: Un juego de espías sumamente elegante
Steven Soderbergh hace brillar a Cate Blanchett y Michael Fassbender como un matrimonio de espías puesto a prueba.
Disfruto de ver una cena entre amigos en una película. Uno sabe que esos momentos pueden terminar muy bien o muy mal, gozando de la construcción y escalada de los eventos, de las tensiones entre los presentes, de la química entre otros, de la complicidad entre unos, para finalmente estallar todo, para bien o para mal, sin un bajativo que ayude a suavizar la comida.
Si esa escena involucra a seis personajes que tienen en común el trabajar para un servicio de inteligencia, la apuesta sube varios niveles y los resultados son impecables, como lo demuestra Código Negro (Black Bag), especialmente cuando tenemos a un Steven Soderbergh (Ocean's Eleven, The Knick) totalmente inspirado tras las cámaras.
Con un guion David Koepp (Jurassic Park, Carlito's Way) que entiende que el juego de espías no es tan importante como las relaciones entre sus personajes, se compone una red de conexiones en la que no todo es lo que parece, moviendo los hilos construidos con las emociones y la tensión sexual de sus protagonistas.
Es un juego sumamente elegante, filmado con enorme cuidado e impecable iluminación, que se mueve entre lujosos interiores hogareños y fríos pasillos y oficinas. Ahí conocemos al agente de inteligencia George Woodhouse (Michael Fassbender), a quien seguimos de muy cerca para conocer rápidamente la misión que le quitará el sueño: descubrir a un traidor en el equipo, siendo uno de los sospechosos su propia esposa, la también agente Kathryn St. Jean (Cate Blanchett).
Fassbender y Blanchett tienen una tremenda química que enciende la pantalla cada vez que están en escena. Ambos son estupendos por cuenta propia, pero apenas intercambian diálogos o interactúan físicamente, ya sea en la intimidad o en público, la sala se ilumina. De paso, nos entregan una de las representaciones más realistas de un matrimonio dentro de una ficción, explicando cómo debe funcionar una relación en los tiempos que corren, especialmente cuando puedes mentir y negar todo como parte de tu trabajo.
Ahí entran los disruptivos, esas personas que trabajan a tu lado y que siempre tienen algo que esconder. Regé-Jean Page, Naomie Harris, Tom Burke y Marisa Abela dan la nota perfecta para sacudir las cosas, entregando uno de los elencos más impecables en una historia donde la acción es lo de menos, sino que los diálogos, lo que se oculta tras las miradas, las acciones y movimientos de sus personajes. Todos siempre elegantes, todos fabulosos. Si hay una mancha en la ropa, hay que cambiarse de inmediato. Eso también habla de ellos, acá no nos ensuciamos.
Soderbergh tiene un ojo envidiable al momento de filmar, pues también es el director de fotografía -usando el hombre de su padre-, y sabe perfectamente donde cortar -editando bajo el nombre de su madre-, resultando en la mejor colaboración que ha tenido con Koepp luego de trabajar juntos en KIMI y Presencia.
La cámara puede seguir a Cate Blanchett por varios minutos en uno de esos tantos destinos a los que los espías son enviados sin poder revelar nada, guardando los secretos bajo un "Código Negro" (o Black Bag, de ahí el título), y uno sabe que ningún segundo es desperdiciado. La cámara debe seguir a esa estupenda mujer.
Es un retorno al glamoroso cine de espías clásico, con un elenco de actores carismático y atractivo, secretos y giros inesperados, todo condensado en no más de 90 minutos de metraje. Se puede.
Elegancia, estilo y juegos de espías en una sólida película sobre personajes adultos que entiende muy bien cómo puede funcionar un matrimonio en los tiempos que corren.
Código Negro ya se encuentra en los cines chilenos.