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[Reseña] Eternals: Enorme ambición marcada por la intimidad

La directora Chloé Zhao prioriza a sus personajes por sobre el espectáculo, buscando dar una entrega diferente dentro de esa fórmula ineludible del MCU sin conseguir pulsar todas las teclas.

¡Los dioses caminan por la Tierra!

Hay algo que Marvel Studios sigue haciendo muy bien y es el presentar en la pantalla grande a personajes de los cómics de segunda y hasta tercera línea, desconocidos incluso para el lector promedio, y acercarlos al gran público que no necesariamente los conoce de las viñetas.

Se puede tener muchas diferencias con las películas del estudio, y muy justificadas, pero lo que ha hecho es loable. Hoy, los héroes se están presentando en los cines. Esa ya es una batalla perdida para los aficionados a las historietas.

En el caso de "Eternals", esta raza de seres divinos, casi dioses, que ha vivido durante miles de años fue presentada por el gigante Jack Kirby en 1976 en su retorno a Marvel y fue introducida en la continuidad oficial gracias a Roy Thomas, pero están lejos de ser los personajes más populares de la editorial, pese a los intentos posteriores de guionistas como Neil Gaiman, la dupla padre e hijo Charles y Daniel Knauf y más recientemente Kieron Gillen.

Pero no es necesario conocer todos estos relatos antes de entrar al cine para ver la última entrega del MCU, ya que solo toma la base del cómic de Kirby para trazar su propio camino de la mano de Chloé Zhao.

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La flamante ganadora del Oscar por "Nomadland", quien también firmó el guion junto a Zhao, Patrick Burleigh, Ryan Firpo y Kaz Firpo, entrega una propuesta sumamente ambiciosa, abarcando milenios, que se extiende más de lo necesario y que no puede escapar de los ripios de la fórmula, donde la intimidad y las relaciones entre sus personajes terminan siendo su mayor fortaleza.

Al no contar con aquellos personajes que eran de su primera línea en el MCU, el estudio se ve obligado a bucear entre sus propiedades para entregar nuevos aires a su universo cinematográfico y apuesta por expandir su mitología cósmica, presentando en una sola película a 10 superhéroes, los "Eternos", seres casi inmortales que han existido en nuestro planeta desde hace 7.000 años con una misión: proteger a los humanos de los "Desviantes".

Siempre han estado entre nosotros, pero no han intervenido en guerras ni eventos claves de la historia al tener prohibido interferir en cualquier conflicto humano, a menos que involucre a sus enemigos jurados. Eso no ha evitado que, de vez en cuando, hayan dado un pequeño empujón a la evolución de la civilización.

En el presente, en la era post "Avengers: Endgame", cada uno vive su propia vida, pero la reaparición de los "Desviantes" obliga a reunir al equipo para enfrentar la amenaza y hacer frente a revelaciones que cambiarán para siempre a los héroes inmortales.

La película pierde mucho cuando entra en terreno de secuencias de acción, sin entregar una escena realmente memorable en su despliegue de efectos visuales, y las criaturas depredadoras presentadas acá como "Desviantes" no ayudan gracias a unos diseños poco inspirados y personalidades prácticamente nulas, excepto por "Kro", quien no tarda en quedar en segundo plano frente a los aspectos de la historia que sí importan. No esperen al líder militar de los cómics.

Ya es casi una regla el tercer acto cargado a la parafernalia con demasiadas cosas sucediendo al mismo tiempo, y tampoco favorece una extensión que sí se siente en el cine, más aún si hay que esperar por dos escenas post-créditos. Sí, son dos, anticipando importantes caminos a seguir para el futuro.

Para Zhao y su equipo lo importante está en los personajes titulares y la dinámica de equipo, en sus momentos íntimos, dándose el tiempo de presentar a cada uno de ellos y volviendo a momentos claves de la historia de la humanidad, que a su vez es la propia historia de estos "Eternos". Es que los personajes son mejores que el mismo relato que protagonizan.

Y tuvieron que pasar 25 películas -y más de una década- para que finalmente tengamos una heroína sorda, la velocista "Makkari" (Lauren Ridloff), y un héroe gay con su propia familia, el genio inventor "Phastos" (Brian Tyree Henry), cuyas inclusiones se sienten totalmente naturales en un elenco sumamente diverso y rico, donde los héroes inmortales resultan más humanos de lo que uno podría esperar.

Quien se roba la película es "Kingo", con Kumail Nanjiani entregando un fantástico y divertido personaje que ha decidido vivir como una vanidosa, pero entrañable estrella de Bollywood a lo largo de "generaciones". Desde que entra en escena, eleva mucho la dinámica y aporta un muy bienvenido alivio cómico. Aplausos saca también su leal asistente "Karun" (Harish Patel).

El alma del equipo de "Sersi" (Gemma Chan), quien ha estado más cerca de la humanidad que sus compañeros y hasta ha llegado al punto de tener una relación importante con uno, "Dane Whiteman" (Kit Harrington), un personaje del que solo se dan pinceladas acá. Ella ama a la humanidad, siendo clave para las futuras decisiones que tomará el equipo.

Profunda es su conexión con el poderoso "Ikaris" (Richard Madden) tras una relación que se extendió por siglos, pero él ha tomado distancia de ella y enfrenta sus propios conflictos.

Ahí están también "Gilgamesh" (Don Lee), que esconde una tierna personalidad bajo una poderosa presencia; la guerrera "Thena" (Angelina Jolie), cuyo personaje se expresa mejor en la batalla que en otro lugar; "Ajak" (Salma Hayek), benevolente líder, matriarca del equipo; "Druig" (Barry Keoghan), manipulador de mentes que ha decidido aislarse del mundo; y "Sprite" (Lia McHugh), quien vive en una lucha interna constante al ser una inmortal atrapada en el cuerpo de una niña de 12 años.

Todos ellos funcionan mucho mejor cuando empiezan a reunirse, entrando en juego sus dinámicas y relaciones, saliendo a la luz emociones, dudas y chocando visiones. El fuerte está en el conjunto, no en sus singularidades. Ahí está el ojo de Zhao, porque esos momentos íntimos realmente son el fuerte de esta película.

La cinta también acierta de hacer que cada personaje se sienta único con sus poderes, dándoles identidad dentro de la particular familia. Hay cierta magnificencia en el arte de sus habilidades, sintiéndose elegantes y bellos, especialmente cuando "Thena" crea su armamento con energía cósmica. Hay un enorme nivel de detalle en sus poderes que contrasta mucho con lo genérico de los "Desviantes".

Mientras que los "Celestiales", gigantescos y poderosos seres cósmicos, realmente hacen notar su imponente presencia con unas escenas que realmente ganan al verse en IMAX. Puro Kirby en aquellos momentos.

También es sello de la cineasta el que la cinta no sea un festín de entornos digitales, priorizando los escenarios reales y las locaciones, lo que ayuda demasiado a que esta entrega del MCU se sienta diferente a sus predecesoras. De hecho, más allá de algunas conexiones, nombres y caminos trazados para el futuro, su historia es bastante independiente dentro del enorme universo cinematográfico.

"Eternals" está lejos de ser de las peores entregas del MCU, pues muchos títulos ("Iron Man 2", "Thor: The Dark World", "Ant-Man and the Wasp") tienen esos puestos ganados con bastantes "méritos".

Es una apuesta de enorme ambición que no consigue pulsar todas las teclas, pero que al menos intenta entregar algo diferente, dando prioridad a la intimidad y a sus personajes que al espectáculo. Y aunque se sientan esas dos horas y 37 minutos, al menos se trató de hacer algo diferente dentro de esa fórmula ineludible.

"Eternals" se estrena este jueves 4 de noviembre exclusivamente en cines, a los cuales puedes ingresar con tu pase de movilidad habilitado.