[Reseña] Gol Gana: Aprender de los errores
No, último gol no gana todo, pero, en este caso, es como si así fuera.
El fútbol, deporte rey, jogo bonito, mueve masas y es pasión de multitudes… pero no en todo el mundo.
En las islas de la Polinesia son más populares deportes como el rugby y/o el criquet, por lo que tener una selección nacional de fútbol y competir en torneos internacionales parece ser su última prioridad deportiva.
Pero Samoa Americana (el territorio dependiente de Estados Unidos más austral del mundo y no confundir con Samoa, son países diferentes) es la excepción de sus vecinos: en 2001 participa en las clasificatorias para la copa mundial Corea-Japón 2002, protagonizando el peor bochorno en la historia de la FIFA perdiendo 31 a 0 contra los Soceroos de Australia, ganándose así el título a la peor selección de fútbol del mundo.
¿Cómo revertir la peor performance deportiva en la historia? Aprendiendo de los errores y aceptando los aprendizajes que nacen de ello.
Esa es la premisa que toma Taika Waititi (What we do in the shadows, Jojo Rabbit, Our Flag Means Death, Thor: Ragnarok y Thor: Love and Thunder) para Gol Gana, una versión dramatizada de la historia de 2001 que ya había sido contada en el documental Next Goal Wins, dirigido por Mike Brett y Steve Jamison en 2014.
En esta adaptación dirigida por el neozelandés se le otorga a la historia una capa extra de emotividad gracias a las interpretaciones de Michael Fassbender (300, X-Men, Assassin's Creed, Alien: Covenant), encargado de representar al entrenador holandés-estadounidense Thomas Rongen, y Kaimana, quien encarna a Jaiyah, una fa’afafine en proceso de transición.
Ambos gozan de gran química en pantalla y el desarrollo de su relación es, por lejos, uno de los puntos más fuertes de la película.
Thomas Rongen (Fassbender) es un entrenador de fútbol caído en desgracia que, para salir de un oscuro lugar, es forzado a aceptar el trabajo como coach de una selección que ni siquiera tiene el estado físico adecuado.
Con solo cuatro semanas para preparar al equipo de cara a su primer partido clasificatorio contra Tonga, en el camino debe luchar contra sus demonios, adaptarse a la vida en la isla y aprender sobre la cultura samoana.
No será fácil -sobre todo porque el límite de velocidad es de 30km/hr-, pero el cambio de género cinematográfico le hace muy bien a Fassbender. Acostumbrado a filmes más ubicados en el área del drama, coquetear con la comedia en una historia de emoción fácil como esta no se le hace complejo a quien fuera Magneto.
A diferencia de sus obras anteriores, en esta ocasión Waititi debe enfocarse en contar hechos reales, historia ya conocida y con documentación oficial, por lo que no tiene mucho espacio para sus comunes chistes desafortunados (que, sí, los hay).
De hecho, las tres veces que él sale en pantalla podrían obviarse al no aportar absolutamente nada al guion. La urgencia de Taika de aparecer en sus producciones es algo que no siempre cae en el lugar correcto. A veces, es mejor dar un paso al costado y dejar que la obra y sus intérpretes brillen con luz propia.
La película filmada en Hawái consta de un variopinto casting de distintas las islas del Pacífico sur encabezado por Kaimana, Oscar Kightley, Uli Latukefu, Rachel House, David Fane, Beulah Koale, Lehi Falepapalangi, Semu Filipo, Frankie Adams, Angus Sampson, David Tu'itupou y Levy Tuiala, quienes dan lo mejor de sí para representar a la polinesia a pesar del constante subtexto cómico al que se les somete.
Mientras que los representantes de occidente son un excelente Fassbender (quien se lleva casi todo el peso del drama del filme), Elisabeth Moss y los talentos cómicos de Will Arnett y Rhys Darby -actor bonus de Taika- quienes aparecen de manera breve y ligeramente desperdiciados en sus papeles.
Como no se les aprovecha adecuadamente, se siente que sobran y que, en favor de cómo se aborda la historia central de la selección de fútbol, incluso podrían no ser parte de la película. Punto a favor, hay que reconocer que el chiste de las cinco etapas del duelo está en el lugar correcto.
Entre sumas y restas, la película no es un ensayo sobre fútbol, así que, no amantes del deporte, regocijaos, sino que es una bonita historia de cómo el trabajo en equipo se trata, por sobre todas las cosas, de crecimiento personal, madurar (nunca es tarde para eso) y aprender a vivir consigo mismo a pesar de lo que haya pasado en el pasado.
Y todo eso se hace tanto más llevadero bebiendo agua de coco a la orilla de paradisiacas playas de aguas templadas y arena blanca.
Gol Gana tiene 104 minutos de duración y se estrenó este jueves 7 de diciembre en los cines chilenos.