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[Reseña] Los superhéroes y supervillanos según Thunder Force

Si los superhéroes nunca pasan de moda, durante este último tiempo lo han estado aún más quizás por el empuje que le dieron los Avengers o por la incesante presencia en televisión de los personajes de DC. Por eso es que cada vez vemos más historias de humanos con superpoderes tanto para niños, como familiares y también exclusivos para adultos.

En este caso reseñamos una cinta que acaba de estrenar Netflix para mayores de catorce años que nos muestra una historia original no sacada de un comic ya existente y que tiene a Melissa McCarthy junto a Octavia Spencer como protagonistas, por lo que de entrada sabemos a lo que vamos. Hablamos de Thunder Force.

Corría marzo de 1983 cuando un pulso de rayos cósmicos interestelares golpeó la tierra causando una transformación genética que sin embargo no fue para todos sino que solo para los que en su ADN traían rasgos sociópatas. Estas transformaciones significaron dotar de superpoderes a dichas personas que utilizaron esa ventaja para convertirse en “supervillanos” o como los llama la película, “malechores”.

Los padres de Emily murieron tras un ataque de unos “malechores” al metro de Chicago y desde ese instante ella se juramenta trabajar duro para crear algo que permita combatir a estos villanos que prácticamente se apoderan del mundo gracias a los superpoderes que recibieron sin merecerlos.

Estos antecedentes resultan suficientes para entender esta historia que muestra a los personajes de Spencer y McCarthy convirtiéndose en mejores amigas en su etapa escolar tras un incidente de bullying, como suele suceder en tantas otras cintas. Eso sí, aquí no se burlan de la gordura de McCarthy (Lydia) sino que de la superinteligencia de Spencer (Emily) y es la primera quien sale en defensa de la segunda.

Con el correr de los años, ambas amigas se separan por ser muy diferentes de carácter (más bien Emily se separa de Lidya) y sus caminos vuelven a juntarse casi treinta años más tarde cuando por fin Emily logra dar con la fórmula para combatir a los que mataron a sus padres, algo que se presenta más como una obsesión que como un fin en sí mismo (aló, ¿Batman?).

Como corresponde a una cinta protagonizada por McCarthy, el humor absurdo está muy presente, así como también las referencias a la cultura pop y los ya clásicos comentarios picantes sobre personajes reales, lo que le da una dosis de frescura a la película que ayuda a entender mejor el cómo ambas se convirtieron en superheroínas.

Y si bien la historia central nunca se escapa, por momentos se siente al debe en el desarrollo de alguno de los personajes secundarios como el inconexo hombre Cangrejo que se define como “medio malhechor” y que termina siendo clave en el desenlace de la película. Pero claro, en una película en que abundan los absurdos, tampoco podemos pedir más. También está “Laser” (Pom Klementieff) que ya pueden adivinar su poder y el más malo de todos que se hace llamar “El Rey” (Bobby Cannavale).

Y quizás podríamos esperar lo mismo de los efectos especiales, algo que no puede faltar en este tipo de películas, pero la verdad es que están muy bien logrados, no se ven ridículos ni extremadamente falsos ni super puestos. Están bien utilizados y en las pocas escenas de acción que hay sí logran crear esa atmósfera de superhéroes. Mención especial para McCarthy y su rápida manera de ponerse de pie tras recibir un ataque.

Thuder Force más que superhéroes y supervillanos, trata de una historia de amistad entre dos amigas que se encuentran ya mayores y que necesitaron esta conexión superpoderosa para entender que todos los años que estuvieron alejadas fue un tiempo completamente perdido. Eso se adorna con los “malhechores” y sus poderes y la hija de Emily, quien resulta importante para mantener la unión de las superheroínas. Osea, es una historia bien melosa que quizás se escapa un poco del género en sí, aunque también sabemos que los cómics dan para todo y bajo eso perfectamente puede tener una secuela.