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[Reseña] Poor Things: Genial incomodidad

Definitivamente, Emma Stone merece todas las nominaciones y premios que ha recibido.

Poor Things, titulada Pobres Criaturas en Latinoamérica, es una adaptación del mismo título escrito por el escocés Alasdair Gray y que, desde su presentación en el Festival de Cine de Venecia -donde ganó el León de Oro a mejor película-, no ha dejado de cosechar reconocimientos.

Y es que, sin duda, los merece.

La última película del director griego Yorgos Lanthimos (La Favorita, Langosta) está situada en la Europa de la era victoriana y cuenta la historia de Bella Baxter (Emma Stone), una joven que ha sido resucitada por el poco ortodoxo Dr. Godwin "God" Baxter (Willem Defoe).

A grandes rasgos, es una mirada refrescante de Frankenstein y cómo su "monstruo", su exitoso experimento, es capaz de conocer, explorar y experimentar el mundo más allá de la protección de las paredes de su hogar, enfrentándose al escrutinio de la sociedad europea del siglo XIX.

La historia es un poco confusa al comienzo y se presenta en blanco negro, pero, a medida que pasan los minutos y las secuencias pasan a ser full technicolor, la narrativa encuentra su cauce y comienza a desenredar las intenciones de sus personajes.

En su afán por obtener nuevas experiencias, Bella dejará la protección de God y su asistente Max McCandles (Ramy Youssef) para fugarse con Duncan Wedderburn (Mark Ruffalo), un ambicioso abogado de discutible moral. Al recorrer Europa, Bella conoce la buena vida y las bondades del sexo mientras forja su personalidad, desarrollando una ética y moral propias que la hacen crecer como persona, a la vez que aprende sobre las maravillas y atrocidades del mundo en surrealistas aventuras que, finalmente, la llevan de vuelta al hogar londinense que la vio nacer.

Emma Stone es, indiscutidamente, el alma de la cinta. Ver la transformación de su rostro en su primera aparición hasta el primer plano de la última escena es merecedor de todas las nominaciones y premios que ha recibido por este papel.

Ruffalo y Dafoe también se presentan sólidos en sus papeles en contraste a un sutil Youssef, quien no logra estar a la par de sus compañeros de elenco.

La película es técnicamente impecable: el maquillaje de Defoe es funcional para el personaje, el diseño de vestuario de Stone es innovador y a la vez representativo de la época, la fotografía de Robbie Ryan (Marriage Story) destaca los tonos y texturas correctas para la construcción de las atmósferas y evocar las emociones necesarias, pero la creación de algunos escenarios virtuales contrasta demasiado con la genialidad de los decorados reales.

Sumando y restando, eso es lo de menos. El resultado final es una obra visualmente atractiva que no deja de sorprender por sus detalles.

Otro de los puntos fuertes de la cinta -y que es una constante en el cine de Yorgos Lanthimos- es la incomodidad que genera al presentar desnudos, escenas de sexo sin mayor censura e inadecuadas frases descontextualizadas que, de tanta incomodidad, llegan a sacar risas.

Poor Things cuenta con un metraje de 141 minutos, está clasificada para mayores de 18 años y se estrenó  este jueves en los cines chilenos.