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[Reseña] "Thor: Amor y Trueno": Un viaje errático con el corazón bien puesto

Para bien o para mal, esto no es "Ragnarok".

Es curioso el caso de "Thor: Ragnarok". Para una importante mayoría, se trató de un respiro de frescura para el Dios del Trueno de Marvel en la gran pantalla, con una aventura vibrante, llena de color, con personajes divertidos e inolvidables, de la mano del estilo de un cineasta que ya es inconfundible.

Sin embargo, para otros fue un punto en el que la fórmula quedaba de manifiesto, sin verdadera profundidad ni grandes variaciones, donde la broma es la prioridad y el riesgo es mínimo. La mano de Kevin Feige y compañía, buscando conquistar al público masivo que no exige demasiado.

"Thor: Love and Thunder" (Thor: Amor y Trueno) es una combinación de ambas percepciones, sin el balance adecuado y que, pese a tener elementos sumamente atractivos, deja la sensación de ser una secuela bastante más convencional de lo que fue "Ragnarok", pese a tener nuevamente a Taika Waititi en la silla del director.

Sin embargo, es una historia que tiene el corazón bien puesto, siendo mucho más emotiva de lo que fue la anterior entrega.

En su regreso para este nuevo capítulo cinematográfico de "Thor", Waititi también se encargó de escribir el guion junto a Jennifer Kaytin Robinson (Sweet/Vicious, Unpregnant). Esto es una película de Waititi en todas sus letras, teniendo el humor disparatado que caracteriza a la obra del cineasta y, al mismo tiempo, momentos de sentido drama y muchas veces conmovedores.

Pero a diferencia de "Jojo Rabbit", "Hunt for the Wilderpeople" o "What We Do in the Shadows" (junto a Jemaine Clement), queda corta al intentar balancear ambos extremos, donde un aspecto es muchísimo más atractivo que el otro.

Cuando un asesino galáctico amenaza la existencia de todos los dioses, "Odinson" (Chris Hemsworth) deja sus viajes intergalácticos junto a los "Guardianes de la Galaxia" para salvar a los suyos, regresando a Nuevo Asgard para descubrir que ya no es el único "Thor" e iniciar una travesía que lo llevará a responder qué es lo que realmente busca tras años de batallas.

Mientras en "Ragnarok" abundaban los colores vibrantes, en "Love and Thunder" hay un dominio del claroscuro, sobresaliendo un mundo en el que el color no entra y donde ciertas luces son capaces de dar gamas a esa ausencia de tonos, además de entregar amplios y luminosos escenarios habitados por un festival de dioses.

Hemsworth sigue muy cómodo y claramente pasando un gran tiempo como "Thor", teniendo como fuerte el retorno de Natalie Portman como "Jane Foster", quien ahora es digna para poseer un restaurado Mjolnir y transformarse en la "Poderosa Thor", aunque todavía trabaja en su frase característica de heroína. La dinámica entre ambos deja los mejores momentos de la película, con Waititi teniendo claro que acá la importancia está en el amor, y no solo en lo que respecta a relaciones de pareja.

Portman, además, oscila entre el heroísmo y el dolor al enfrentar una amenaza que es mucho más terrenal y cercana que cualquier peligro visto en este universo de héroes y villanos. Ese aspecto es uno de los puntos altos de la historia.

Mientras que Christian Bale, abrazando el "o mueres como un héroe o vives lo suficiente para verte convertido en un villano" al dar vida a "Gorr", toma bastante distancia del "carnicero de los dioses" creado por Esad Ribic y Jason Aaron en los cómics, entregando varias capas a un personaje convertido en misoteísta al verse desilusionado de los dioses que lo abandonaron, prometiendo exterminarlos a todos gracias al poder de la "Necroespada", un arma que es muchísimo más interesante en las viñetas. El "Gorr" de Bale pasa por todas las emociones y no decepciona, pese a que el peligro que representa nunca hace sentir que todo realmente esté en juego.

Incluso, la historia termina dándole la razón con respecto a que los dioses son realmente detestables, con excepción de los Asgardianos, teniendo al "Zeus" de Russell Crowe, con acento y obsesión por las orgías, como principal prueba.

La película no se hace ningún favor al dejar fuera del foco rápidamente "Valquiria" (Tessa Thompson), quien siente la monotonía de su rol como reina y anhela volver a las batallas, y a "Korg" (Waititi), ahora mucho más que el chiste de turno, dentro de una película donde las risas parecen más importantes que darle fondo a la aventura.

No se engañen. No van a aburrirse y hay momentos hilarantes, desde los constantes gritos de dos cabras místicas hasta el peak que se alcanza al ver a cierta arma comportándose como una ex celosa, pero Waititi no restringe los chistes y los lanza a cada momento, llevando a que el balance entre drama y humor sea una tarea muy difícil, dando la impresión de estar viendo dos películas muy distintas en algunos instantes.

Sin exigirse demasiado y con una historia que no tiene mayor profundidad que ir de A a B para C, además de varios chistes que dan el ancho, son sus momentos encantadores, personales y de intensidad dramática los que hacen que el viaje valga la pena, llevando la travesía a un destino absolutamente satisfactorio que nos anticipa una atractiva dinámica para el Dios del Trueno de cara al futuro.

Con sus excesos y sin hacer cuajar todo, acá hay más amor que trueno. No es "Ragnarok" y es más convencional que otras recientes entregas del MCU, pero, al menos, tiene el corazón bien puesto.

"Thor: Amor y Trueno" se estrena este jueves 7 de julio en los cines de Chile, un día antes que en EE.UU.