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Huawei se decidió y demandó a Estados Unidos

La petición es una: sacar a la compañía de la “lista negra”.

Un nuevo capítulo en la pelea que tiene Estados Unidos con Huawei se conoció este martes luego que se confirmara que la empresa china decidió dejar su actitud pasiva y demandó al Gobierno de aquel país exigiendo que sea eliminada de la llamada “lista negra” y así pueda restablecer relaciones comerciales con las empresas estadounidenses.

Según apunta EFE, la acción judicial fue presentada en un tribunal de apelaciones de Nueva Orleans y solicita que la FCC (Comisión Federal de las Comunicaciones) retire la declaración del pasado 11 de diciembre contra Huawei, en la que afirmó que la compañía china es una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos, lo que significa que se mantienen todos los bloqueos.

En el documento, Huawei asegura que la FCC actuó de manera caprichosa y arbitraria, además de exceder sus competencias. Asimismo, la firma china explica que la medida “impacta potencialmente los intereses financieros de la industria de las telecomunicaciones en su conjunto”, esto porque con la prohibición no pueden vender sus equipos a las empresas de telecomunicaciones estadounidenses.

Además, la compañía china volvió a reiterar la inexistencia de cualquier vínculo con el gobierno chino que pueda comprometer la seguridad de sus equipos y aseguró que antes de la decisión de la FCC no se le permitió defenderse de los cargos que se le imputan desde hace ya dos años, ofensiva que comenzó el ex presidente Donald Trump.

La respuesta de la entidad gubernamental no se hizo esperar y según publica The Verge, un vocero de la FCC aseguró que existen evidencias sustanciales de que Huawei es una amenaza a la seguridad nacional por lo que continuarán defendiendo la decisión re-confirmada en diciembre pasado.

Recordemos que el riesgo señalado por el Gobierno de Estados Unidos tiene que ver con la supuesta existencia de “puertas traseras” en sus equipos de comunicación que permitirían que Huawei espíe a los usuarios estadounidenses y sus datos sean luego entregados al gobierno comunista chino, algo que, sin embargo, aún no cuenta con pruebas mostradas públicamente.