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[Reseña] De yakuza a amo de casa: Hilarante cotidianidad

Las imágenes casi estáticas aumentan la ridiculez de la historia en esta adaptación para Netflix, con momentos para llorar de la risa.

- "¿Profesión?".

- "Soy un amo de casa".

Al decir su profesión, "Tatsu" no tiene vergüenza. Él está orgulloso del camino que tomó y no se arrepiente en ningún momento de haberlo hecho.

Para él, ésta es la manera proteger a su familia y se lo toma en serio. A momentos, demasiado en serio.

La premisa de "De yakuza a amo de casa" (Gokushufudo) es brillante: un legendario yakuza decide dejar atrás la vida criminal para transformarse en un dueño de casa a tiempo completo.

Aunque cueste dejar atrás las viejas costumbres, él está determinado en ser el mejor en esta nueva etapa y mantener el hogar impecable, para que su esposa "Miku" sea feliz y siga adelante con su vida laboral.

Eso es todo lo que necesitan saber para entrar en el mundo de esta serie, basada en el popular manga creado por Kousuke Oono, una historia que es más subversiva de que lo aparenta y muchísimo más chistosa de lo que parece.

La adaptación al anime que llegó a Netflix, a cargo del estudio J.C. Staff, funciona mucho mejor de lo que anticipaba su adelanto, donde las principales dudas estaban en la decisión de apostar por una animación con imágenes casi estáticas.

Aquello no fue una decisión por presupuesto, sino que fue un camino que tomó la producción. Tal como lo señaló la directora Chiaki Kon (Pretty Guardian Sailor Moon Crystal: Season III) en una entrevista, el proyecto le supuso un reto porque, "desde el principio, mi productor dejó claro que debíamos 'hacer un anime similar a la experiencia de leer el manga'".

Por ello, al ver la serie, algunas críticas apuntan directamente a la limitada animación, sin entender que aquello ayuda demasiado a la propuesta.

Es que las imágenes casi estáticas aumentan la ridiculez de la historia y el resultado se siente bastante más fresco que otras animaciones tradicionales que se olvidan rápidamente. Hasta los efectos y onomatopeyas clásicas del lenguaje del manga están presentes en esta singularidad, con ángulos idénticos a la obra original en la mayoría de las escenas.

La primera parte de esta adaptación se extiende por sólo cinco capítulos de alrededor de 16 minutos cada uno, los que están compuestos por varios episodios cortos en los que somos testigos de distintos momentos del día a día de "Tatsu" como amo de casa.

Aquel que era temido en el mundo criminal como el legendario "Dragón Inmortal" ahora tiene otras batallas, incluso más desafiantes, como ir de compras, agarrar productos en las rebajas de las tiendas, mantener la limpieza del hogar y hacer frente a la nueva Roomba.

Lo importante acá es que "Tatsu" se toma con total seriedad estas tareas, como si su vida dependiera de ello, transformándose en momentos realmente hilarantes al no perder su actitud violenta, viejos hábitos ni su intimidante presencia. Las reacciones que tienen los personajes lo hacen aún más gracioso, especialmente cuando se cruza con rostros de su pasado criminal, y verlo compartir con otras amas de casa entrega de los momentos más graciosos.

Todo mientras su esposa "Miku" es una mujer profesional, una diseñadora laboriosa, a quien "Tatsu" quiere ver completamente feliz, por lo que pone todo su empeño en lograrlo.

Es un quiebre de estereotipos sumamente logrado. "Tatsu" no está incómodo con su rol y no siente envidia de su pareja. Él la admira, siente orgullo de ella y quiere verla triunfar, por lo que se preocupa de hacerla feliz cuando está en casa, pero al mismo tiempo evita malcriarla.

Y "Miku" lo ama tal como es, siendo al mismo tiempo todo lo contrario a "Tatsu" en el hogar: por muy buenas intenciones que tenga, es un desastre en la cocina y no puede ni matar un bicho.

La alma de esta adaptación es el trabajo de voces. Esto no sería lo mismo sin el fantástico elenco que reunió la serie, partiendo por Kenjiro Tsuda como "Tatsu", quien le entrega toda la personalidad y exagerada actitud que requiere el protagonista, algo que ya había demostrado en 2019 al dirigir y protagonizar un corto en el que interpretaba al personaje principal.

Y qué decir de Mao Ichimichi, mejor conocida como M・A・O, quien da su voz a "Gin", el gato de "Tatsu" y "Miku", quien nos regala un momento tan hilarante que llegamos a llorar de la risa. Un importante recordatorio de que la risa es una muy buena medicina.

En tiempos en los que tantos hemos tenido que pasar mucho más tiempo en casa, es imposible no sentirse identificados con los desafíos cotidianos del protagonista, celebrando sus logros y comprendiendo sus derrotas.

Porque, tal como lo declara "Tatsu", "ser amo de casa no es un juego". Es un campo de batalla y hoy todos lo entendemos a la perfección. No debemos subestimarlo.

Los cinco capítulos de la primera parte de "De yakuza a amo de casa" ya están disponibles en Netflix, y ya confirmaron que habrá una segunda parte.