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[Reseña] "Morbius" es un punto bajo para el universo Spider-Man de Sony

El "Vampiro Viviente" de Jared Leto no logra sacar los colmillos en un débil debut cinematográfico. Al menos, Matt Smith salva la plata.

El estreno fue esquivo para el "Vampiro Viviente" de Jared Leto.

Es que el debut cinematográfico del personaje creado por Roy Thomas y Gil Kane, que debutó en las páginas de "The Amazing Spider-Man" en 1971, estaba planificado originalmente para 2020, pero la pandemia obligó a cambiar los planes en más de una oportunidad. En siete ocasiones, para ser precisos. Fueron más postergaciones que las que tuvo "The New Mutants", que acumuló cinco.

A casi dos años de su fecha original, "Morbius" finalmente cobró vida en la pantalla grande, presentándose como la tercera entrega del Universo Spider-Man de Sony (Sony's Spider-Man Universe) y, para sorpresa de pocos, resultó ser un punto bajo para este naciente universo compartido con los personajes del arácnido.

Las buenas ideas planteadas esta película son desperdiciadas por las decisiones argumentales que llevan a olvidar tramas, contradecir el desarrollo de ciertos personajes y descartar temas luego de ser presentados. Tan caótico es todo que la primera parte de la película parece una cinta completamente diferente a lo que es su segunda mitad.

Esto trae a la memoria aquella época en la que las películas inspiradas en cómics eran realizadas sin mayores esfuerzos en preocuparse por contar una buena historia, mientras tenga algunos efectos especiales por aquí y por allá. Hasta el tiempo bala está de regreso para poder mostrar lo que ocurre en secuencias donde se pierde todo entre efectos de ráfagas digitales que no dejan ver la acción. Pareciera olvidar todos los avances que sí han tenido las películas inspiradas en cómics durante las últimas dos décadas.

Leto da intenso dramatismo a su "Michael Morbius", un premiado bioquímico que padece una extraña enfermedad sanguínea. En la búsqueda de una cura para él y otros pacientes, incluyendo a su amigo de infancia y principal financista "Milo" (Matt Smith), hoy millonario por alguna razón que nunca se señala, el científico decide someterse a un tratamiento que implica la combinación de ADN humano y de murciélago. Pero la cura vendrá con un gigantesco precio al desatar la insaciable oscuridad que hay en su interior.

El realizador sueco de origen chileno Daniel Espinosa (Life, Safe House) -sus padres huyeron de Chile a Suecia como refugiados políticos en 1977- encabeza la misión de presentar las bases de este villano convertido en antihéroe, de la mano de un guion de la dupla de Matt Sazama y Burk Sharpless, quienes han entregado trabajos olvidables como "Gods of Egypt" y "The Last Witch Hunter", aunque tuvieron mejores resultados con su nueva versión de "Lost in Space" para Netflix.

Los límites de la ciencia y la lucha constante entre héroe y villano son ideas atractivas que se instalan durante la primera mitad, y que rápidamente se descartan una vez que somos testigos de la transformación del personaje titular. Desde aquel momento, las decisiones narrativas son gratuitas, todo se descarrila y los personajes olvidan completamente el desarrollo que habían tenido hasta ese momento, contradiciéndose constantemente. Muchos momentos parecen desarrollarse sin mucha explicación, como si una o varias escenas se hubieran perdido en la sala de edición.

El único que realmente salva la plata es Smith, ya que siempre parece estar pasándolo maravillosamente. Su personaje tiene energía, toques de humor y un estilo cargado a la fanfarronería que pareciera pertenecer a otra película. Tanto así que dan ganas de repetirse toda su etapa de "Doctor Who", así que punto para Smith.

Poco se puede decir del resto del elenco. Si creen que Adria Arjona está desperdiciada como "Martine Bancroft", que pasa de ser una más que experimentada y capacitada profesional, a la par del doctor "Morbius", a convertirse en la damisela en apuros y con un romance que sale de la nada, peor le va a Jared Harris con su "Emil Nikols" que queda como anécdota. Tyrese Gibson y Al Madrigal no terminan mejor parados. ¿Acaso peores detectives?

Sumado a un final que impactará a más de uno por lo abrupto que es, lo peor de todo es que "Morbius" deja de manifiesto que el estudio aún no tiene claro qué es lo que quiere hacer con su universo de personajes del "Hombre Araña". Esto se ve potenciado con unas confusas escenas post-créditos (son dos, si se lo preguntaban) que no tienen mucho sentido y que no logran entusiasmar por lo que se viene para futuras entregas. Peor, frustran a los espectadores. La mano del estudio se nota, especialmente al dar cuenta que muchas de las conexiones con otras entregas del trepamuros que se anticipaban en los tráilers están completamente ausentes.

Se transforma en un punto bajo para la idea de universo cohesionado que quiere armar Sony con los personajes de "Spider-Man".

Las películas de "Venom" tampoco son buenas, pero tienen a Tom Hardy y un personaje mucho más popular, con un resultado mucho más entretenido y que acierta al abrazar la absurda dinámica con el simbionte.

El caso es que "Morbius" no logra sacar los colmillos con un débil debut cinematográfico que está más preocupado de futuros spin-offs y secuelas, olvidando que, antes de todo aquello, lo importante es contar una buena historia y sentar unas bases sólidas.

Al encenderse las luces de la sala, son pocos los que quedan realmente interesados en saber cómo sigue la historia. Y esa es su mayor falencia

"Morbius" se estrenó este jueves 31 de marzo en los cines chilenos.