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[Reseña] "Spider-Man: A través del Spider-Verso" lleva todo al siguiente nivel

Narrativa y visual van de la mano en un espectáculo cinematográfico alucinante y sumamente emocionante.

"Cualquiera puede usar una máscara, pero lo importante es CÓMO la uses".

Aquella frase de "Miles Morales" envuelve prácticamente a toda la historia de "Spider-Man: A través del Spider-Verso" (Spider-Man: Across the Spider-Verse). El cómo es la clave. Cuando todo parece estar ya escrito, cuando todos nos dicen cómo debe ser nuestra historia, somos nosotros los que decidimos cómo hacer la diferencia. Hacerlo, a nuestra manera, con todas las dificultades que ello conlleva.

La secuela de "Spider-Man: Into the Spider-Verse" toma todas las lecciones dejadas por la revolucionaria película animada de 2018 y lo expande absolutamente todo, entregando un espectáculo cinematográfico alucinante y sumamente emocionante.

Desde un inicio se nos enfatiza que estamos ante algo distinto. Sí, "Miles" (voz de Shameik Moore), el "Hombre Araña" afrolatino de Brooklyn, sigue estando al centro de todo y sus decisiones mueven a toda la historia, pero el foco se gira desde un inicio hacia "Gwen Stacy" (Hailee Steinfeld). La joven "Spider-Woman" de otra dimensión tiene un arco completo en esta secuela, permitiendo que el desarrollo vaya rotando entre ella y "Miles".

Ambos sienten el peso de ser "Spider-Man". Lo sabemos, no es fácil. Ya lo sabía "Peter Parker", al punto de denominarse la "suerte Parker". Siempre llegará un punto en que uno de los lados de sus vidas se verá superado por el otro, con un balance prácticamente imposible para ambos.

"Gwen" crece como personaje y adquiere un protagónico merecido, logrando unas potentes secuencias que elevan su impacto gracias a la animación que rige a su universo. Un lienzo cuya pintura se va adaptando a la emoción del momento.

"Miles", por su parte, no tarda en comprender de dura manera lo difícil que es ser un "Spider-Man" y los sacrificios que conlleva. Y decide hacer algo frente a ello, chocando directamente con "Miguel O'Hara / Spider-Man 2099" (Oscar Isaac), el líder de la gigantesca Sociedad Arácnida que reúne a los "Spider-Man" de múltiples universos. Hasta los más increíbles e inesperados.

"O'Hara" también ha entendido cuán difícil es ser un "Spider-Man", porque lo ha vivido en carne propia. Él sabe lo que hay que hacer, por muy doloroso que sea, y no duda. Implacable en sus objetivos, es el contraste de "Miles". Ambos creen que hacen lo correcto y eso llevará al inevitable conflicto.

Con tantos personajes en escena, no extraña que algunos queden relegados en su desarrollo, lo que se siente mayormente en "Spider-Woman" (Issa Rae). Se luce al luchar embarazada con su moto, pero no hay mayor exploración. Para eso hay otra película en camino.

La película también es sobre las familias, todas ellas. Las que fueron, las que están, las que se arman en el camino y las que vendrán. Las relaciones familiares son claves y la historia las explora desde el punto de vista de los padres y de los hijos, permitiendo que personajes como la madre de "Miles", "Rio" (Luna Lauren Vélez), crezcan enormemente.

Todo aquel aspecto emocional y el desarrollo de sus personajes, especialmente "Gwen" y "Miles", va de la mano con un espectáculo visual a un nivel superior al de "Into the Spider-Verse". Con todo lo aprendido en el siguiente proyecto de Sony Pictures Animation, "The Mitchells vs. The Machines", se eleva al tomar la revolucionaria forma de narración que se apoya en el lenguaje del arte secuencial y lo lanza a un colisionador de estilos que entrega algunas de las secuencias más alucinantes que haya entregado el universo del trepamuros. Hasta un atractivo uso se da a los clásicos bocadillos de información que solemos encontrar en las historietas.

Moviéndonos entre seis universos diferentes, cada uno con su propio estilo de animación, lo más increíble se da al traspasar aquello a sus personajes y cómo interactúan entre ellos. Nunca salen de sus reglas, lo que lleva a que tengamos el fascinante trabajo de ver a un "Spider-Punk" moviéndose como si fuera un recorte sacado de un folleto anarquista, un estridente collage en movimiento.

A otro nivel, tal como una secuencia que se da tempranamente en la que vemos un enfrentamiento con un "Vulture" de un universo renacentista, que se mueve como si fuera un bosquejo de Leonardo da Vinci que cobra vida. Alucinante es quedarse corto al describirlo.

La vara dejada por "Into the Spider-Verse" era altísima y la secuela supera las expectativas de gran manera, pese a que ve imposible generar el mismo sentimiento de su primera entrega, el de mostrarnos algo que jamás habíamos visto antes.

Ahora, se nos busca demostrar que se podía ir aún más allá y que los límites de la animación prácticamente no existen. Es de esas películas que hay que ver en la pantalla más grande posible para poder quedar maravillados con la explosión de colores y estilos que chocan en la pantalla. Un multiverso de posibilidades.

Aunque no existe ninguna secuencia tan potente, visual y narrativamente, como el "salto de fe" al ritmo de "What's Up Danger" de la primera película, sí las hay de enorme espectacularidad que nos obligan dar un aplauso gigantesco a los animadores. Se lo ganaron.

El aspecto negativo de la secuela es uno que se anticipaba: no estamos ante una película completa. Esto lleva a que todo concluya en un momento climático, dejando un cliffhanger infartante cuando uno no quiere que esto termine.

Aunque algunos arcos cierran, mucho queda pendiente para ser desarrollado siguiente película y eso lleva a que recién podamos dar una evaluación completa cuando hayamos visto el dibujo completo. Lo importante es que, al llegar el "Continuará", queremos ver ya el próximo capítulo, "Beyond the Spider-Verse", que se estrenará en marzo de 2024.

Cuando narrativa y visual van de la mano, se logran cosas extraordinarias. "A través del Spider-Verso" es prueba de aquello.

"Spider-Man: A través del Spider-Verso" se encuentra en cines desde este jueves 1 de junio.