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[Reseña] Duna Parte Dos: Un hito cinematográfico a escala épica

Alabado sea Shai-Hulud.

Por regla general, es muy difícil que una segunda parte sea buena o esté a la altura de su predecesora, tal como en el caso de El Padrino 2 y El Imperio Contraataca, pero la verdad es que Dune: Part Two (Duna: Parte Dos) es la continuación y cierre perfecto de una historia que en 2021 quedó a medias y que, gracias a Cinemark, pudimos ver antes de su estreno en salas.

La primera película de Dune es, definitivamente, una larga introducción.

Personajes, locaciones y motivaciones quedan claras para que, en este segundo acto, pasemos directamente a las consecuencias del complejo entramado político, económico, social y de fe creado por la ingeniería religiosa de la Missionaria Protectiva de las Benne Gesserit.

El foco de la historia está en Paul Atreides (Timothée Chalamet), joven noble que vio y vivió cómo la Casa de los Harkonnen (con el gentil auspicio del Emperador) asesinó a su familia y destruyó un legado del que solo él, su madre y su hermana nonata salen ilesos, sobreviviendo gracias a una alianza con los Fremen.

Los nativos habitantes del desierto de Arrakis les enseñan sus costumbres a cambio de un precio: deben unirse a la lucha Fremen por la libertad, lucha que llevará a Paul por un camino donde deberá enfrentarse a su destino como Lisan al Gaib, el Mesías elegido para acabar con la opresión del Imperio.

Dune no es una historia fácil. No es fácil de ser leída y, por lo tanto, no es fácil de ser adaptada. Una buena película no solo depende de bonitas tomas, una gran cinematografía y banda sonora (que, por supuesto, es algo que sí tiene), sino que en gran parte de cómo la historia es abordada desde la sala de escritores, y es ahí donde el director Denis Villeneuve (Arrival) y su coguionista Jon Spaihts (Doctor Strange) dieron en el clavo, optando por un camino más épico y directamente enfocado en la acción.

Hay gran conciencia de la obra original de Frank Herbert y su impacto en la literatura de ciencia ficción, pero también hay conciencia de cómo ésta debe llenar el espacio del celuloide.

El tono de esta película es más oscuro, denso y poco optimista que en la entrega anterior, ya que efectivamente la segunda parte de la novela original lo es. La transformación que debe sufrir Paul en su paso de Fedaykin (guerrero Fremen) a Muad'Dib está muy bien complementada con sus compañeras de ruta Chani (Zendaya) y su madre Lady Jessica (Rebecca Ferguson), quienes le acompañan de manera espectacular tratando de equilibrar su deber guerrero con los pies en la arena con su deber espiritual rodeado de especia.

Como toda adaptación, la historia debió sufrir cambios para encajar de mejor manera en el formato cinematográfico y esos cambios se le dan muy bien, sobre todo a los personajes de Chani y la Princesa Irulan (Florence Pugh), que en el libro suelen quedar relegadas a esporádicas apariciones en desmedro del elegido, pero que en pantalla brillan con luz propia en la anaranjada arena, siendo parte fundamental de las tramas de fe y lucha, a pesar de que Irulan no aparece demasiado.

Las inclusiones al elenco de Florence Pugh como la Princesa Irulan Austin Butler como el nabarón Feyd-Rautha, sobrino del Barón Vladimir Harkonnen (Stellan Skarsgård) y heredero de la Casa Harkonnen por sobre su hermano Rabban (Dave Bautista), le dan una nueva dimensión a la trama de maquinación política de la película, que fluye en conjunto a la trama religiosa de la misma. También está Christopher Walken como el Emperador Shaddam IV Corrino -quien es realmente el verdadero villano de la historia-, padre de la Princesa Irulan.

Como el purista de la pulcritud y efectos visuales que es Villeneuve, por supuesto que se vuelve a lucir en ese apartado. El diseño de las naves de las Grandes Casas -que es muy similar a las de Arrival-, destacan en cualquier escenario en el que aparezcan. La decisión de que las escenas exteriores de Giedi Prime, el planeta de los Harkonnen, fuesen en blanco y negro apuntan directamente al foco de la acción que sucede en ese lugar, y que no debe ser distraída por la decoración que allí pueda existir.

El diseño de vestuario, a pesar de estar lleno de arena casi todo el tiempo, nuevamente da que hablar. Los trajes a medida de la Reverenda Madre Jessica y la Princesa Irulan son los que más presencia escénica tienen, y por motivos referentes a la historia que, ojalá, se siga desarrollando. Villeneuve dijo que ya tenía casi listo el guion para Mesías de Dune (que corresponde al segundo libro), pero, por lo pronto, el proyecto aún no tiene luz verde.

La arenosa cinta fue filmada en formato IMAX y es ahí donde la experiencia de ver y escuchar las dos horas y cuarenta y seis minutos que dura -y que no se sienten pesados- es absolutamente completa.

Duna: Parte Dos (Dune: Part Two) estrena este jueves 29 de febrero en cines y, al menos en Cinemark, estará disponible durante tres semanas en la sala IMAX.